El País: La OEA debatirá, pese a todo, la situación en Venezuela la semana que viene

El País: La OEA debatirá, pese a todo, la situación en Venezuela la semana que viene

Mientras en América Latina el canciller venezolano Elías Jaua trata de recabar apoyos de Unasur en América Latina que eliminen a la Organización de Estados Americanos (OEA) de la ecuación de la solución del conflicto en su país, en Washington, el embajador de Venezuela ante este organismo, Roy Chaderton, trata de ganar tiempo para dilatar e incluso impedir que se celebre la reunión extraordinaria del Consejo Permanente para tratar exclusivamente la violencia en la nación sudamericana que solicitó esta semana Panamá, así lo publicó El País.

 /Washington

FOTO REUTERS/Tomas Bravo
FOTO REUTERS/Tomas Bravo

Además de apelar a un fallo de procedimiento, Chaderton está convocando a una serie de maratonianas reuniones de comités regionales a los Estados miembros de la OEA para tratar de recabar los apoyos suficientes para evitar, bien que comience a debatirse el orden del día, centrado exclusivamente sobre Venezuela, cuando se celebre el Consejo Extraordinario, o que se vote una resolución que podría resultar en una convocatoria de una reunión de consulta de cancilleres como, en un principio, solicita Panamá.





Pese a todo, la mayoría de los miembros de la OEA están dispuestos a debatir abiertamente sobre la situación en Venezuela y poder dejar patente, así, que el organismo tiene algo que decir en un conflicto, rompiendo un silencio que ha ensordecido a muchos en la región. Los países moderados, como Perú, Colombia, Chile o México, dan por hecho que el Consejo Extraordinario sobre Venezuela se celebrará la semana que viene –probablemente el miércoles-, con o sin pronunciamiento previo de Unasur, coinciden las fuentes diplomáticas consultadas por este diario.

Estas naciones esperan poder lograr que se apruebe una resolución de consenso similar a las emitidas la semana pasada por la propia Unasur y la CELAC, en las que se apelaba a la transparencia y al diálogo sin incluir una condena explícita a Venezuela, un texto al que este país no tendría, en principio, por qué oponerse, puesto que ya aceptó los otros similares promulgados por las citadas entidades.

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