Juan Carlos Sosa Azpúrua: Cuernos y sofá

Juan Carlos Sosa Azpúrua: Cuernos y sofá

thumbnailjuancarlossosaFeb2014Este momento histórico es esencial captarlo. Venezuela no está protestando por las carencias que se evidencian en todos los ámbitos. Obvio que la falta de papel higiénico, comida, destrucción de la moneda  y lo demás es una tragedia de proporciones titánicas, pero es necio detenerse en cada una de ellas como si en sí mismas fueran el problema y no su consecuencia.

Abordar estos elementos en forma aislada, equivale a la venta del sofá que hace el marido cornudo en la ilusión que, haciéndolo, resolverá los cascos ligeros de su esposa, que fue descubierta allí engolosinándose con el profesor de matemáticas de Luisito.

Cada vez que sale un político a rasgarse las vestiduras por el amor a su pueblo, que supuestamente demuestra denunciando las carencias materiales existentes, me recuerdo de un ejemplo que le escuché hace años a Tony Robbins:





Un hombre escucha los gritos desesperados de alguien que se ahoga en el río; y se lanza a nadar como loco para salvarlo. Cuando lo asegura en la orilla, escucha un nuevo grito y repite la operación con el segundo sujeto que se ahogaba. Y así vuelve hacerlo como siete veces más hasta que los brazos se le paralizan y es él mismo quien, extenuado de tanto nadar y salvar, muere ahogado. Y se pregunta Tony Robbins: ¿No hubiera sido más sencillo capturar al sujeto que estaba lanzando a esos tipos al agua?

La dictadura cubana, a través de su agencia operativa encabezada por Maduro, es el cáncer que tiene quince años devorándose los valores humanos y la esencia del país.  Las protestas de estos días no desean aplacar los dolores de hueso ni las jaquecas que produce el tumor.

Aquí lo que estamos diciendo es que tenemos que sacarnos la pelota cancerígena de las entrañas y curarnos del mal antes que nos mate.  No comprenderlo es inaceptable.

@jcsosazpurua