Nazario Moreno, el capo mexicano que “resucitó” y lo convirtieron en “santo”

Nazario Moreno, el capo mexicano que “resucitó” y lo convirtieron en “santo”

El capo mexicano Nazario Moreno “El Chayo”, cuya ‘segunda’ muerte fue anunciada este domingo, era una leyenda en Michoacán (oeste), donde sus seguidores le erigieron altares de santo y crecían los relatos de que no había sido abatido en un tiroteo en 2010, como se dijo oficialmente.
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Este domingo el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) anunció que fue abatido en un enfrentamiento con militares Nazario Moreno, conocido por motivar con un discurso pseudorreligioso a sus sicarios, cuyos crímenes justificaba como “justicia divina”.

Moreno nació el 8 de marzo de 1970 en la comunidad rural michoacana de Guanajuatillo. Según una presunta autobiografía disponible, el capo tuvo una una infancia llena de pobreza y sufrió violencia por parte de su madre, quien tuvo 12 hijos que fueron abandonados por el padre.

El texto narra como Moreno se ganó el mote de “El Más Loco” por su propensión a pelear. Como muchos otros michoacanos, Moreno decidió partir en los años 90 a Estados Unidos, donde se involucró en el tráfico de marihuana desde el estado mexicano de Tamapulipas (noreste) hacia el otro lado de la frontera, en Texas.

En Tamaulipas, el capo se vinculó con el cártel del Golfo y su entonces brazo armado ‘Los Zetas’, un grupo creado por exmilitares de élite que desartaron.

Al regresar a Michoacán, Moreno formó hacia 2005 La Familia y logró que Los Zetas le enviaran instructores para adiestrar a sus pistoleros.

Pero la decisión de los sanguinarios Zetas de mantenerse en Michoacán, una región clave para el narcotráfico por sus costas en el océano Pacífico y sus recónditas montañas, creó una fuerte rivalidad entre ambos grupos.

En su guerra contra Los Zetas, Moreno hizo un masivo reclutamiento de pistoleros para La Familia, entre ellos muchos jóvenes que estaban en rehabilitación por adicción a las drogas, empleando por primera vez en México una doctrina religiosa que justificaba su accionar violento.

En octubre de 2006 La Familia hizo una aterradora aparición pública arrojando las cabezas de cinco personas en una pista de baile de la ciudad de Uruapan (Michoacán) acompañadas de este mensaje: “Solo muere quien debe morir. Sépanlo toda la gente; esto es justicia divina”.

“En un tiempo muy breve sacaron a Los Zetas del territorio de Michoacán”, ha explicado Alfredo Castillo, comisionado para Michoacán.

– La “Biblia” de La Familia –

Como líder de La Familia, Moreno creó un manual al que llamó “El evangelio de La Familia”, que distribuyó entre sus sicarios y en el que irónicamente el capo narcotraficante les prohibía el uso de drogas o alcohol.

El cártel se especializó en la producción y tráfico de anfetaminas en Estados Unidos con “una increíble dosis de sofisticación y de brutalidad”, según describió en 2009 el fiscal general Eric Holder.

Pero la leyenda de “El Chayo” se empezó a escribir cuando el gobierno le dio por muerto tras un enfrentamiento con la policía en diciembre de 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012, PAN, centro-derecha) aunque nunca fue encontrado su cuerpo.

Mientras La Familia se escindía y cedía terreno a un nuevo cártel, Los Caballeros Templarios, en Michoacán se promovió el culto a “San Nazario”.

Vistosos altares se construyeron en los pueblos, que lucían la cruz roja que identifica a los Templarios y una figura de un santo vestido a la usanza medieval con la cara de Moreno.

“Oh, señor, todo poderoso. Líbrame de todo pecado. Dame protección Bendita, a través de San Nazario”, reza una de las estampitas con su imagen que sus hombres obligaban a vender a comerciantes.

– Adorador del Che y Pancho Villa –

Los Templarios recrudecieron los crímenes y extorsiones a las empresas y población de Michoacán, motivando así la aparición de grupos de civiles que se denominaron Autodefensas y que se alzaron en armas contra ellos.

Las autodefensas siempre mantuvieron que “El Chayo” no era solo el líder espiritual de los Templarios, sino que estaba vivo y seguía siendo el jefe.

Uno de los muchos testimonios que empezaron a surgir en Michoacán sobre la presencia de Moreno narró a la AFP que en septiembre de 2012 fue invitado a una cena con otras 60 personas en el montañoso poblado de Aguililla.

La cena estuvo resguardada por tres cordones de seguridad con hombres armados. Los invitados fueron agasajados con comida, música y baile. Tres horas después llegó “El Chayo”, relató el hombre, que ahora es jefe de un grupo de autodefensa.

Según ese testimonio, Moreno predicó un discurso que mezclaba religión y reivindicaciones de izquierda y se hacía llamar Ernesto Villa Moreno, en honor a los revolucionarios Ernesto “Che” Guevara y Francisco “Pancho” Villa.

Tras permanecer más de tres años escondido en pueblos y montañas de Michoacán, el gobierno de Peña Nieto (Partido Revolucionario Institucional, centro), en el poder desde diciembre, dio la razón a las denuncias de las autodefensas y tras la acción militar anunció la “segunda” muerte de Moreno. AFP

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