Niños y ancianos asfixiados por los gases en San Cristóbal

Niños y ancianos asfixiados por los gases en San Cristóbal

“Metí a mis niñas al baño y abrí la regadera con agua caliente para evitar que les llegara el olor de las bombas lacrimógenas. Al escuchar las detonaciones y gritos afuera les dije que eran fuegos artificiales como los de Disney porque estaban celebrando el día de los niños especiales. Fue la única forma de distraerlas ante tanto horror y maldad”, manifestó Dayana, habitante de la urbanización Táchira, con respecto a la represión de la GN la noche del viernes 21 de marzo. lanacion.com.ve

(foto Omar Hernández)
(foto Omar Hernández)

Dayana como muchas de las madres de familia del sector que vivió en carne propia el ataque de los efectivos militares, no hallaba como resguardar a sus pequeñas de tres y seis años de edad. “Fue brutal, partían las ventanas de las casas, de los carros, disparaban al aire, si agarraban a alguien lo golpeaban como animales, quitaron la luz en algunas calles, y gritaban consignas a favor del gobierno”.

Al igual que otros vecinos no entiende porque fueron atacados por tanto tiempo, y más aún sin estar protestando. “Llegaron a la Rómulo Colmenares y de ahí fueron subiendo a las demás urbanizaciones. Era casi imposible resguardarse de los gases porque los tiraban dentro de las casas. Muchos niños y ancianos estaban asfixiados. Solo nos quedó llenarnos la cara de vinagre y tirar los colchones al piso”.

Al ingresar a las casas todavía persiste el olor a lacrimógenas, concentrado en cada rincón en medio de vidrios partidos y restos del material antimotín lanzado durante más de ocho horas. “Solo tenían que remover las barricadas ese es su trabajo, restablecer el orden, pero nadie estaba protestando para que arremetieran contra nosotros de esa manera. Son unos animales”, dijo una joven visiblemente molesta.

Carmen Alicia comentó que tiene a su madre postrada en una cama y la impotencia la invadió al ver que se estaba asfixiando. “Son unos inconscientes, aquí niños y personas enfermas, adultos en general, esos gases son dañinos y los lanzaban como flores de paz. Cuál paz por Dios si todas las noches atacan un sector de la ciudad. Nos están matando y el gobierno es cómplice”.

Los vecinos coincidieron en señalar que al alertar a los guardias sobre la presencia de niños, hacían caso omiso. “Gritábamos que pararan, que teníamos niños y nos decían muérete con todo y niño, ahora sí piden clemencia. Clemencia van a pedir ellos cuando les llegue la justicia divina, porque de esa nadie se salva”, manifestó con lágrimas en los ojos Adriana, madre de dos niños de 8 y 12 años de edad.

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