Cómo se fugan los billetes de 100 bolívares a Colombia

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Foto Panorama

“Hay que buscarle el queso a la tostada”, dicen algunos, ¡y vaya que hay quienes se la encuentran!. Sino que lo digan los que ahora venden un billete de 100 bolívares por 140. Así como lee. Como un mecanismo inaudito, ahora el billete venezolano de mayor denominación es comercializado en Colombia a cambio de una comisión.

“¡Muchacha! ¡Coroné!”, le dice Javier, un taxista, a su pasajera cuando ésta le paga la carrera con un billete de 100 bolívares, en Maracaibo. Sin titubeos, acomoda el retrovisor para mirar a la cliente y explicarle que con su billete completa los 5 mil bolívares “en puros de 100” y muestra la paca con la sonrisa “de oreja a oreja”.

Ante la mirada interrogante de la pasajera, José argumenta su comentario: “Es que este fin de semana salgo a Colombia a venderlos, porque por cada uno de ellos me dan 140 bolívares, es decir, 40 de ganancia”.





La mujer se baja del taxi intrigada por la nueva modalidad que ahora prolifera y que parece desprenderse del denominado bachaqueo. El mecanismo se relaciona con otro tipo de “intercambio” entre los dos países, por supuesto, al margen de la ley y, al igual que como a Javier, tiene a muchos criollos atravesando la frontera hasta la hermana república para “hacer maraña” con la moneda venezolana, vendiéndola a los cambistas o a particulares directamente.

Éste parece ser “un negocio” que se acentúa y al que se le ve dejar el rastro al entrar a la ciudad colombiana fronterizos de Cúcuta por el estado Táchira, o al municipio Maicao (departamento colombiano Guajira), por el Zulia. Así lo cuenta Javier, quien afirma que se trata de la venta de la moneda venezolana, exclusivamente de billetes de 50 y 100 bolívares, a cambio de una comisión de 40 bolívares por cada cien, en billetes de menor denominación o pago electrónico.

“El negocio consiste en llevar billetes, preferiblemente de 100 o de 50 y traerte 140, es decir, 40 por cada cien, pero en billetes de menor denominación, como de 20 bolívares, por ejemplo, o mucho más fácil, a través de transferencias electrónicas”, explica el profesional del volante de una reconocida línea de taxis en Maracaibo, quien realiza el viaje hasta Maicao para vender sus billetes y llevar a otros pasajeros, que hacen lo mismo y le pagarán la carrera.

Al llegar en tierra colombiana Javier se dirige a cualquier cambista que luego contribuye con que esos billetes atraviesen la frontera de regreso, pero esta vez de manos de colombianos que tienen familia en Venezuela o que vienen a comprar productos regulados y otros insumos para pasarlos de contrabando a Colombia.

La versión la confirma Omar Rodríguez, comerciante marabino residenciado en Valledupar y quien vive de cerca “cómo se bate el cobre por los cobres” en la tierra del vallenato y la parranda.

“En Maicao hay una calle completica llena, de extremo a extremo, de cambistas sentados con sus laptos en las que el venezolano llega a vender sus billetes tal como si llegaras a la taquilla de un banco, da su número de cuenta y se le hace la transferencia de una vez con su ganancia”, asegura Rodríguez.

La escena evidencia una gran demanda de la moneda venezolana en Colombia, y tras ella revela las razones por las que ése se ha convertido en un mercado feroz, ansioso por filtrar “los verdes y marrones” para regresarlos después a Venezuela luego de comercializarlos en tierra colombiana y obtener una mayor ganancia en pesos.

¿Los compradores?: Aquéllos que han encontrado en la adquisición de productos en Venezuela “el negoción de la vida” al pagarlos en bolívares y revenderlos en Colombia con una ganancia de hasta 1.000% en muchos de los casos.

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