El violador de niñas modelos tiene esquizofrenia

El violador de niñas modelos tiene esquizofrenia

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Las niñas estaban a la buena de Dios. En el barrio Las Marías no se reponen aún de los últimos hechos que perjudican a la familia Matos y, lejos de poner en dudas las graves acusaciones contra Adolfredo Matos González, le dan la razón a sus sospechas cuando veían a las niñas hasta las 11.00 de la noche en manos de un hombre con esquizofrenia y antecedentes por abuso de menores. 

José Abraham Matos, hermano de Adolfredo, confirmó que su pariente sufre de esquizofrenia y que era conocido en el barrio como un muchacho con crisis esporádicas. Por eso lo mantenían a distancia. Una vez, cuando tenía cerca de 20 años, se cortó las venas. Según los vecinos, poco después de ese suceso y ya cansado del asedio y las burlas por su tono de voz aguda y sus ademanes, le dijo a una vecina que a él le gustaban las mujeres, pero entre los 13 y los 18 años.





Nueve vecinos coinciden en esto: no meten las manos al fuego por Adolfredo, pero sí por su madre. Fanny González es una costurera de 54 años que vivía con su marido a nueve cuadras de la casa de su hijo.

Adolfredo vivía de los certámenes de belleza y una academia de modelaje en el centro comercial en la avenida La Limpia, que existió hasta principios de año. El año pasado cerró las puertas al modelaje y se fue a vivir a la casa de su abuelo paterno. El anciano vivía solo en una casa de cinco habitaciones y debió pagarle 500 bolívares al mes para vivir allí con su pareja y su hijo.

Su mujer es menor de edad. La conoció cerca de la casa materna hace al menos cuatro años, cuando ella tenía 14, y desde entonces mantuvieron una relación abierta. En el barrio no hablaban de abuso sexual, sino del matrimonio entre una adolescente y un hombre de dudosa hombría. Pese a ello se mantuvo la relación hasta que la madre de ella lo denunció ante la Policía. Estuvo detenido varios días en Polimaracaibo, pero nunca visitó el retén El Marite. Quien hoy es su suegra retiró la denuncia por insistencia de su hija. Hoy está prófugo con ella.

Los vecinos aseguran que Adolfredo se cansó de las pasarelas amateur y se dedicó a la fotografía. La musa seguía siendo el prematuro desarrollo de las adolescentes. A veces, por las tardes, después de la sesión fotográfica, les daba lecciones de pasarela en el porche de la casa, a un lado de un viejo y descuidado patio.

Sus cercanos no se atreven a dudar de la culpabilidad de Adolfredo, pero sí de la inocencia de las madres de sus víctimas. Al menos seis de los entrevistados coincidieron en que las niñas estaban en las tardes en su casa junto con sus madres y que incluso pasaban hasta altas horas de la noche. Era amigo de las representantes. Sus allegados dicen que, incluso, algunas niñas llegaban por la noche a la casa. “Si las violó aquí, fue en la noche”.

A nueve cuadras Fanny trabajaba, supuestamente, en un taller de costura. Ese lunes recibió siete mil bolívares como adelanto por unas franelas y regresó a su casa a las 9.00 de la noche. A punta de gritos se enteró sobre las acusaciones contra su hijo y tuvo una discusión con una de las denunciantes frente a la Policía. Le gritó que si su hijo hacía todo eso, ella era la responsable porque también ella le pedía a Adolfredo que le tomara fotografías y que sabía que su hijo le daba dinero a las niñas. Los vecinos escucharon cuando la mujer juró venganza por esas acusaciones.

Hoy la mujer de 54 años está en El Marite con la misma ropa con la que llegó el martes en la noche. Sus vecinos recogieron 274 firmas para sacarla del retén y ahora solo esperan por unos fiadores para que regrese a su casa. Piden a la Policía científica las pruebas que la incriminan. “Su hijo, que lo metan preso si lo tienen que hacer, pero ella es inocente, tienen que mostrar pruebas”.

 

Vía La Verdad