“Invasores ocultaban su ilegalidad detrás de excusas, ahora exponen justificaciones”

Prensa Juan Pablo Guanipa
Prensa Juan Pablo Guanipa

Un afiche revolucionario y un nombre sentimental son las armas detrás de la urgencia por tener una vivienda. Cuanto terreno esté solo, sea cual sea su disposición, puede ser tomado para que un sin número de familias lo habiten. Algunas veces en conocimiento de las directrices urbanas para la construcción de viviendas, otras veces con lápiz y cinta métrica, se van organizando los barrios en Maracaibo.

La esperanza de nuestros hijos se llama la última invasión realizada por los vecinos del barrio La Tenería de Gustavo Zin, en la antigua industria manufacturera en el tratamiento de cueros que había abandonado sus labores. 24 familias que nacieron arrimadas en las casas del barrio, decidieron tomar el terreno destinado para la cancha y dividirlo en parcelas de seis metros de ancho por ocho de largo, los más amplios.

¿Qué motiva a mujeres con niños en brazos a meterse en un terreno, limpiarlo y vivir allí en pleno sol y sin servicios mientras tiene la oportunidad de ponerle techo y paredes al lugar? se pregunta Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia Zulia, durante su visita al barrio La Tenería. La desesperación, responde.





“Hay que reflexionar sobre estos casos que son cada vez más frecuentes en nuestra ciudad. Los barrios en Maracaibo nacen ilegalmente. La gente invade, limpia, hace un rancho y pasa allí años esperando que el terreno ‘quede’ para entonces empezar a buscar, muchas veces sin asesoría y solos, uno por uno los servicios. Para ese entonces ya sus hijos tienen seis, ocho y hasta 10 años viviendo en precarias condiciones y sin la clara esperanza de que la situación cambie”.

Guanipa señaló que la inseguridad ha provocado que las personas vean de diferente manera a los invasores. “Antes los invasores ocultaban su ilegalidad detrás de excusas, ahora exponen justificaciones. Antes la gente defendía sus espacios de recreación, defendía una cancha o una plaza, ahora apoyan a quienes están dispuestos a meterse en esos terrenos que son sitios de concentración de la delincuencia. Su justificación es que ahora evitan los atracos, robos y ‘vagabunderías’ en esos terrenos. Todo esto ante los ojos de los organismos responsables y nadie organiza nada, mucho menos lo impide. En el tema vivienda hay una grave ineficiencia que afecta a la gente, a las familias, a toda la sociedad”.

Problema

Yanet Fereira, ama de casa con ocho años viviendo en La Tenería, explicó que el barrio tiene 10 años de fundado porque invadieron La Tenería de Gustavo Zin, un gran espacio que sólo tenía como edificación unos galpones y un tanque de agua. “Nosotros dejamos tres espacios: el tanque para que allí se construyera una cancha, un terreno para un mercal y la garita. Los tres están ocupados. En donde iba la cancha hay 24 familias, hijos de la gente del barrio que estaban arrimados que nos ayudan a controlar la cosas que pasaban allí. Los malandros hasta se metían a enfriar motos robadas”.

El mercal funcionó por un tiempo, pero una vez que dejaron de vender alimentos, nueve familias se apoderaron del lugar. Vecinos denuncian que los voceros del consejo comunal vendieron el terreno de la garita donde ahora vive una familia. Los habitantes de La Tenería, incluyendo a los que ahora conforman la invasión La esperanza de nuestros hijos no tienen electricidad legal, ni ninguno otro servicio.

Yesika Añez, ama de casa que tiene dos años en el barrio explicó la situación de manera sencilla. “El consejo comunal dice que los invasores se salgan y prometen lo que han prometido desde hace ocho años: que construirán una cancha y además trabajaran para que incluyan a las familias invasoras en un proyecto de apartamentos cerca de aquí, pero si no han trabajado para que tengamos siquiera luz legal, ¿van a darnos cancha y apartamentos?”. Prensa Juan Pablo Guanipa