¡Qué dolor! Invadieron la casa del hijo de Billo Frómeta

Valle del Espíritu Santo en Margarita
Foto Archivo

A través de la cuenta @theproducers10 salió publicada una información sobre una invasión a la casa del hijo de Brillo Frómeta, Carlos Frómeta, ubicada en el Valle del Espíritu Santo en Margarita y quién debido a estos sucesos tuvo que exiliarse en el exterior.

Este relato lo escribe Carlos Frómeta, luego de que su casa fuera invadida a la fuerza por vándalos que no tienen ningún respeto por la vida ni la propiedad. Lo ocurrido demuestra una vez más que bajo este gobierno no existe ninguna garantía por lo escrito en la constitución ni los derechos humanos consagrados.

Amigos de Margarita y el mundo les relato aquí los acontecimientos y la causa de mi exilio en el exterior.





En estas últimas semanas fuimos víctimas del terror del régimen y sus esbirros, cuando luego de largas horas de combate con un ejército de malandros conformado por más de treinta hombres armados con pistolas y machetes, que saltaron el muro de mi casa ¨Villa Olimpia¨ ubicada en el Valle del Espíritu Santo en Margarita con la firme intención de asesinarme a mí y a mi primo de 17 anos, y así tomar posesión del inmueble que ha formado parte del patrimonio de la familia Frómeta durante 45 años.

La avanzada de los maleantes fue feroz. Nos superaban en número y solo nos quedó huir por la parte trasera de la casa hacia un matorral, la persecución fue larga nos dispararon con armas de fuego repetidas veces, gracias a Dios nuestra retirada fue más veloz y no lograron alcanzarnos, corrimos hacia la Clínica El Valle donde nos refugiamos durante el tiempo que tardó en llegar un contingente de policías que nos sacó escoltados en una patrulla, debido a que los invasores ya se habían apersonado en las puertas de la clínica y amenazaban con entrar a buscarnos.

Esa noche tuvimos que refugiarnos en casa de un familiar. Al día siguiente recurrí otra vez a la protección policial. Me escoltaron a mi casa para poder buscar mis pertenencias personales y rescatar a mis perras quienes me defendieron hasta el último segundo. En medio de insultos y nuevos ataques pude salvar mi camioneta que fue destrozada en la embestida, mis instrumentos musicales y lo que quedaba de mi taller. No me fue posible regresar a mi vivienda debido a la latente amenaza de muerte a mí y a toda mi familia.

Estas personas además de sacarme violentamente de mi hogar robaron mis herramientas de trabajo, y destruyeron todo lo que a su paso encontraron. No conforme con eso me sembraron cocteles molotov y supuesta evidencia que me imputaba como jefe de los guarimberos en margarita.

La única opción que me quedo para salvar mi vida y mantener a salvo mi familia fue alejarme de mi querida isla, mi novia, mis perras, mi fábrica, mi carpintería, mi estudio de diseño, mi estudio de música; en fin, todas mis entradas económicas y mi sistema de producción.

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