El tercer sector por @lmesculpi

El tercer sector por @lmesculpi

thumbnailluismanuelesculpiNo pretendo hablar de economía, ni de las asociaciones que ahora se denominan así. Me refiero a un importante conglomerado de venezolanos, cada vez más visible en todas las encuestas, que algunos llaman “ni-ni” y otros “no alineados”. Uno de sus rasgos característicos es que aún expresando su descontento con las políticas y ejecutorias del actual gobierno no perciben a la oposición como una verdadera alternativa.
La construcción de una sólida mayoría, por parte de las fuerzas democráticas -mayoría que no hemos logrado conformar- pese a los notables avances, en los últimos tres lustros. Hay necesariamente que tomar muy en cuenta la existencia de ese “tercer sector”, ahora más evidente en la administración de Maduro, aún identificándose con el llamado proceso, en la actualidad manifiestan rechazo a su gobierno especialmente en el ámbito de su política económica. Lo que para nosotros resulta obvio para otros no lo es, así que no basta con constatar su existencia, se trata de definir orientaciones, líneas de acción que posibiliten reducir -si no eliminar- la aprehensión, desconfianza y los prejuicios presentes en esas capas de la población. Insistimos en plantear este problema, en virtud de la subestimación que de ese sector tienen algunos dirigentes del mundo opositor, quienes emplean un lenguaje y realizan acciones que nos aíslan, dificultando y, en algunos casos, impidiendo  aproximarnos a ellos e impidiendo su comprensión acerca de los propósitos de la oposición venezolana. Se incurre en esas posturas por considerar, erróneamente, que se cuenta con una fuerza mayoritaria consolidada, basándose en la apreciación existente en visiones muy parciales del universo de quienes adversamos  el gobierno.

Siendo ese campo, un  factor decisivo para alcanzar los objetivos estratégicos de la oposición resulta imprescindible estudiar el fenómeno, sus motivaciones y aspiraciones, para ser contemplados en el discurso y en la conducta de las fuerzas alternativas, especialmente del vector susceptible de ser confundido por  la política gubernamental orientada a incrementar la incertidumbre e intentando  recuperar el apoyo perdido. Por otra parte, comprender las diversas y graves contradicciones existentes en el territorio adversario supone necesariamente un tratamiento diferenciado, sin descartar el encuentro y la coincidencia en luchas comunes, incluso  la vinculación con potenciales aliados. La experiencia histórica muestra diversas enseñanzas en tal sentido, por ello se hace necesario evidenciar nítidamente que el reencuentro entre los venezolanos y la reconciliación del país no es una consigna electoral, sino un claro objetivo de la alternativa democrática, para lo cual se requiere desechar cualquier asomo de retaliación o revanchismo. No se trata de una simple concesión, muy por el contrario, es una firme convicción y un requisito indispensable para hacer verdaderamente viable y exitosa la opción opositora y poder así asumir las tareas de reconstrucción del país. Ese es un tema capital y decisivo, si no se atiende debidamente la victoria que aspiramos estaría seriamente comprometida. En buena medida de eso depende.
Luis Manuel Esculpi