San Diego y San Cristobal por @felixseijasr

San Diego y San Cristobal por @felixseijasr

FelixSeijasRLas victorias electorales de Patricia de Ceballos en San Cristobal y de Rosa de Scarano en San Diego, no sorprendieron a nadie. Estos municipios han estado tradicionalmente en manos opositoras y no existían razones para pensar que eso fuese a cambiar.

Las expectativas en torno a estos comicios se centraban entonces en cómo sería la reacción de la población ante unos eventos cuyos orígenes se encontraban marcados por una cadena de acontecimientos que ante los ojos opositores estaban rodeados por la sombra de la ilegalidad y el atropello.

El mundo opositor es diverso y complejo. En sus filas existen posiciones disímiles que proyectan una imagen de fractura ante temas sensibles. Las estrategias que se deben seguir para impulsar un cambio en el estilo de conducir al país es uno de ellos. En este punto se enfrentan dos estilos, que si bien se manifiestan con diferentes intensidades, podemos separarlos en aquellos que se inclinan por la confrontación directa y aquellos que consideran que la protesta debe ser moderada y acompañada por otros mecanismos de presión.





Otro tema es el electoral. Allí encontramos, por un lado, a todos aquellos que se ven paralizados por sus dudas sobre la pulcritud del ente rector (CNE) y consideran que de no haber un cambio en las condiciones electorales, votar constituiría avalar a tal situación; y por otro lado están aquellos que, a pesar de todas sus dudas, sienten que el voto constituye un mecanismo invalorable para producir cambios, por lo que apuestan a él sin renunciar a la lucha por la conquista de condiciones justas para estos procesos.

En el caso de San Cristóbal y San Diego había que añadir la particularidad de enfrentar un proceso electoral convocado a raíz de la destitución de autoridades legítimas, utilizando mecanismos expeditos tachados de arbitrarios e ilegales. Ante esta situación se levantó la voz de aquellos que consideraban una ofensa el aceptar la realización de estos comicios, y la de aquellos que bajo todas las protestas de rigor entendían que participar era necesario, ya que cualquier otra decisión resultaría, de una u otra forma, en la pérdida de esos espacios de poder.

En el ambiente flotaba entonces la posibilidad de que la abstención alcanzara niveles altos que reflejaran el desgaste y la desarticulación de una oposición a la que se hubiese logrado acorralar una vez más. Sin embargo, el resultado fue el opuesto y de una manera contundente. El domingo, en estos dos municipios, no importó el estilo de protesta de cada quién ni la manera en la que se pensara que debían manejarse temas sensibles, como los son las condiciones electorales en el país. El domingo pasado la oposición dejó en sus casas lo que les separa y acudió a los centros de votación motivados por lo que les une: expresar su descontento de manera democrática en rechazo a todo acto que constituya un atropello a los principios que ellos valoran.

Félix L. Seijas Rodríguez

@felixseijasr

27-05-2014