Gustavo Coronel: América Latina tiene un deseo de muerte

Gustavo Coronel: América Latina tiene un deseo de muerte

thumbnailgustavocoronelAmérica Latina transita una ruta que la lleva al empobrecimiento y la mediocrización. Para explicar esta tendencia solo es necesario ver quienes son sus líderes políticos. Desde la Venezuela del analfabeta Nicolás Maduro hasta la Argentina de la rapaz y mezquina Cristina Fernández. Desde la Colombia del Santos que hace indebidas entregas a las FARC hasta el Brasil de la incolora y populista Dilma Roussef. Desde el Uruguay de José Mujica, violador de principios hasta la Nicaragua de Ortega, violador de adolescentes. Desde la Cuba de los Castro, dictadores y asesinos hasta El Salvador de Sánchez, ex- guerrillero, se ha configurado un modo político donde imperan las promesas incumplibles, la corrupción, las ideologías obsoletas basadas en el odio de clases y el complejo de inferioridad frente a los países desarrollados. La región promueve un socialismo que promueve la dádiva gubernamental en lugar del esfuerzo individual para progresar por sí mismo y, paradojicamente, un corrupto capitalismo de estado que funciona como un gran sistema de patrón (estado) – cliente (ciudadano). La atmósfera que prevalece en las reuniones entre estos líderes es una de resentimiento en contra de países desarrollados, de pomposas declaraciones en contra del imperialismo y sobre soberanía . Sin embargo, la realidad es que la mayoría de estros países son menos soberanos que nunca y son menos socialistas de verdad que muchos de los países como los escandinavos, Canadá , Inglaterra y hasta la misma USA.

La pobreza y el bajo nivel educativo coninúan siendo sus trágicas características. Ello explica la selección que hacen los habitantes de sus líderes. Quien no tiene oportunidades para salir de la pobreza y para educarse tenderá, más y más, a descansar en el estado como proveedor y a elegir a quienes les prometan más dádivas con el menor esfuerzo . Las sociedades en estos países han reemplazado la visión de futuro con un modo de sobrevivencia. Viven en una especie de presente eterno.

Los resultados están a la vista. El éxodo de las clases medias, las más educadas y preparadas para salir adelante por sus propios medios, constituye un inmenso flujo hacia los países más desarrollados. Hace unos días llegaron a la frontera estadounidense con México miles de niños sin sus padres,enviados desde Centroamérica. Ha sido una patética invasión que ilustra la tragedia de sociedades que prefieren enviar a sus hijos solos a países donde puedan tener una esperanza de vida mejor, aún cuando ello represente una separación definitiva.





Venezuela se desangra . Sus jovenes más preparados se van del país por no tener futuro, dejando atrás a millones de venezolanos sin educación que dependen de las dádivas del estado, y se resignan a pagar las dádivas con lealtad política. Los descendientes de los inmigrantes que nos ayudaron a crear una bella Venezuela se regersan a los países de sus antecesores, perseguidos por la xenofobia de los bárbaros en el poder.

Cada día que pasa, por lo tanto, Venezuela se hace más miserable y menos capaz de tener un gobierno democrático, no populista. Este es un verdadero deseo de muerte. Y este fenómeno se está presentando no solo en Venezuela sino en muchos de los países de la región.