A propósito del Mundial por @luismanuelesculpi

A propósito del Mundial por @luismanuelesculpi

thumbnailluismanuelesculpiEste evento que se realiza durante un mes cada cuatro años acapara la atención mundial como ningún otro, durante su realización y salvo acontecimientos verdaderamente extraordinarios, coloca en segundo plano noticioso otros elementos del acontecer. Sin olvidar que esta vez en el país sede se han desarrollado importantes protestas por el inmenso costo de su realización.

El Banco Central de Venezuela, después de no haber cumplido con lo establecido en la ley: informar en los diez días posteriores a la culminación de cada mes el índice inflacionario aprovechó para publicar la de abril y mayo en estas fechas pensando que así podría disminuir su impacto, olvidando que esa cifra 5.7% es infinitamente menor que el golpe que reciben las amas de casa en el mercado y cualquier ciudadano al adquirir un producto. Curiosamente esa cifra la publican idéntica para los dos meses, cuando en mayo se produjo un aumento de salario mínimo por decreto, que ya se tragó la inflación verdadera.

El Gobierno también aprovecho para continuar su escalada represiva y, en plena “fiebre mundialista” incrementó las citaciones a declarar a diversas personas, bajo la increíble versión de “magnicidio” o el “golpe continuado” pensando que así le coloca sordina a su posible repercusión.





Esta vez la oposición también se apoyó en la realización del Mundial para desarrollar unas ingeniosas y creativas campañas de propaganda poniendo el acento en la grave situación económica y social que vivimos los venezolanos: la inflación y la escasez, sin dejar de lado la represión, la persecución política y la corrupción. El mantener estas iniciativas durante todo el mes impedirá que el gobierno logre el cometido de desviar la atención acerca de las consecuencias de su nefasta política económica y la acción cada vez más represiva hacia la disidencia política.

Un Nuevo Tiempo en su campaña #NoMeLaCalo, además de tratar estos elementos, aportó un dato particularmente llamativo; mientras Brasil invirtió 6.700 millones de dólares en doce estadios y cien millones en publicidad para el mundial, en Venezuela diversas empresas de maletín, que el gobierno se niega a dar sus nombres, se robaron más de 25.000 millones de dólares. Mientras tanto CADIVI cita a los viajeros para que justifiquen los gastos de las escasas divisas que recibieron.

Otra exitosa campaña opositora que circula por las redes antes de cada partido es la que compara las cifras de inflación, las facilidades de negocios y la tasa de homicidios de los países que protagonizan cada juego con las de nuestro país y allí sin duda vamos de primero, estableciendo varios récords mundiales.

No han faltado los extremistas de distinto signo que critican a quienes seguimos el Mundial de fútbol, al igual que la mayoría de los venezolanos, porque supuestamente no atendemos ni nos preocupamos por los problemas del país, muchos de ellos hace poco citaban prolijamente a Nelson Mandela, me permito hacerlo ahora “el deporte tiene el poder de transformar el mundo, tiene el poder de inspirar, de unir a la gente”