Baldomero Vásquez: Gorila cubano en la UCV

Baldomero Vásquez: Gorila cubano en la UCV

thumbnailcolaboradoresLas acciones de barbarie que el gobierno, a través de turbas estudiantiles armadas y Policía Nacional Bolivariana, en contra de las universidades r dichas turbas ya no sólo es contra los estudiantes, sino contra sus instalaciones. Frecuentes han sido las embestidas contra la UCV, incluida su Rectora.

El peligroso camino a la servidumbre que el país transita proviene de la transfusión de sangre totalitaria que le suministra el socialismo cubano, cuyo modelo alcanzó madurez como apéndice de la Unión Soviética en su confrontación global de varias décadas con Estados Unidos. ¿Cuál fue la característica principal de la URSS en esa contienda planetaria? Creemos que fue bien sintetizada en 1985 por Heller y Fehér:

“La única constante estructural del expansionismo soviético es su intolerancia respecto del pluralismo…De las lógicas de la modernidad con seguridad una, la democracia, debe excluirse allí donde los soviéticos ponen el pie”.





La tutela totalitaria soviética, afirmaban, siempre condujo a:

“la eliminación irreversible de las instituciones democráticas y de los derechos humanos allí donde hayan existido”.

En Venezuela, la destrucción de la democracia es consecuencia inevitable de la tutela totalitaria castrista.

Fidel Castro elimina la Autonomía Universitaria

Es conocida la apropiación de la institucionalidad que, en camino de construir el socialismo, logró en poco tiempo el gobierno revolucionario de Fidel Castro: empresas, periódicos, sindicatos,  Fuerzas Armadas, etc; y más allá,  también se adueñó del pasado histórico y de vida y futuro de niños, jóvenes y adultos.

El proceso de apropiación de las universidades autónomas cubanas, en cambio, es desconocido en nuestro país. El mismo arrancó el mismo año que Castro tomó el poder. No podía ser de otra manera, pues la experiencia histórica enseña que el norte de todo líder totalitario es crear un sistema sociopolítico donde toda la sociedad esté bajo su control personal.

Para adueñarse del sistema educativo cubano, el ataque de Castro comenzó por la Universidad de La Habana (ULH). La ULH fundada en 1728 con el nombre de Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo, cambió su nombre por el de Universidad de La Habana en el siglo XIX. Se presentó en sociedad a favor de la libertad en 1927, cuando el gobierno del General Machado reformó la Constitución para perpetuarse en el poder. Aquel año se creó en la ULH el primer Directorio Estudiantil Universitario para luchar contra la ilegal medida.

Al amparo de la autonomía universitaria, los estudiantes combatieron a la dictadura de Batista (1952-1959). En esa lucha, cabe destacar que el Directorio Estudiantil, brazo armado de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), encabezó el fallido ataque del 13 de marzo de 1957 al Palacio Presidencial para derrocar al dictador. En esa operación falleció el Presidente de la FEU, José Antonio Echevarría, que contaba con 24 años.

Conocedor de esa larga historia de luchas en contra de la opresión y la dictadura, Castro sabía que mientras la ULH mantuviese su autonomía se retardaría la imposición del socialismo al pueblo cubano. Encontró la oportunidad en los comicios estudiantiles que se celebrarían en octubre de 1959. Castro concentró sus esfuerzos en obtener el control de la FEU. A las elecciones se presentaron dos candidatos a la presidencia de la FEU. Uno, el líder Pedro Luis Boitel, estudiante de Ingeniería que tenía el apoyo del estudiantado anticomunistas; el otro, Rolando Cubelas, un estudiante de medicina y Comandante del Ejército Revolucionario. A pesar del triunfo anunciado de Boitel, Fidel Castro se involucró directamente, forzando a Boitel a renunciar -bajo el engaño de la Unidad Revolucionaria, pues siempre tuvo claro en eliminar las elecciones- y Cubelas se convirtió en Presidente de la FEU. También sabía de las inclinaciones no comunistas de la mayoría del estudiantado, de las cuales tuvo una demostración el 5 de febrero de 1960 con el masivo acto de los estudiantes en el Parque Central de La Habana en repudio a la visita del Vicepresidente de la URSS, Anastas Mikoyan, que selló el acuerdo de protección y subvención que la superpotencia brindaría a Cuba hasta su desaparición.

Con el poder estudiantil en sus manos (la FEU), en abril de 1960 intentó obtener el control de las universidades a través de una petición de las Federaciones Estudiantiles de las tres Universidades oficiales existentes, las de La Habana, Las Villas y Oriente. Aquellas  pidieron al Gobierno Revolucionario, a los Consejos Universitarios y al estudiantado cubano en general, la creación de un Consejo de Enseñanza Superior para que organizara y coordinara la enseñanza universitaria en toda la nación. El intento fracasó.

Dado que los ataques indirectos no lograban someter a las autoridades universitarias, Fidel lanzó un ataque frontal y definitivo el 14 de julio. Ese día la Facultad de Derecho fue tomada a la fuerza por la Asociación de Estudiantes, la cual acordó destituir a la mayoría del profesorado. El día siguiente, 15 de julio de 1960, se puede considerar el día que murió la Autonomía Universitaria en Cuba: un grupo de profesores, estudiantes y turbas de personas armadas crearon un Junta Superior de Gobierno que destituyó al Consejo Universitario de la ULH y lo sustituyó.

Posteriormente, el 4 de agosto de 1960, dictó la Ley número 859, donde reconocía a la Junta Superior de la ULH “para asumir provisionalmente la dirección y gobierno de la Universidad”. Medidas éstas, con las que Castro alcanzaba su condición de Gorila-Dictador y su objetivo revolucionario: eliminar la autonomía universitaria, abolir la designación de los profesores por concurso de oposición, acabar con la libertad de cátedra y prescindir de las elecciones para nombrar a las autoridades. Desde entonces hasta hoy, Fidel Castro es el Dictador-Rector de todas las universidades cubanas.

Finalicemos este resumen con una breve referencia al trágico final del estudiante revolucionario Pedro Luís Boitel. Junto a otros líderes estudiantiles, se convirtió en opositor al régimen por “la traición perpetrada a nuestra patria por el títere rojo Fidel Castro”. En 1961, contaba 30 años, sería detenido y bajo acusación de conspiración contra el Estado, Castro le sentenció a diez años de cárcel. Allí, el 25 de mayo de 1972, moriría recordando su entrega a la libertad de Cuba, tras una huelga de hambre de 53 días. En un acto de crueldad emanado del alma maligna de Fidel Castro, a su madre, Clara Abraham de Boitel, se le impidió darle a su hijo cristiana sepultura y, como para borrar por siempre la existencia de aquel líder y mártir estudiantil de la historia de Cuba, el cuerpo de Boitel fue enterrado en una tumba sin nombre.

Gorila cubano en el Aula Magna de la UCV

Fidel Castro vendría a Venezuela en febrero de 1999, invitado por el Presidente Hugo Chávez a su toma de posesión. Diez años atrás había venido a un acto similar, cuando Carlos Andrés Pérez lo invitó a su juramentación. En ambas ocasiones fue la diva entre los presidentes asistentes.

El comportamiento de los intelectuales venezolanos ante Castro nos hace recordar la frase de Jean-Francois Revel:

“La mayoría de los intelectuales, desde el siglo XVIII, han tenido inclinación a los sistemas totalitarios”

Dejaremos de lado la veneración ofrecida en 1989 al dictador cubano para referirnos a la de 1999, ya que en esta última visita ocurrió el importante acontecimiento que nos interesa comentar: Fidel Castro fue invitado el 03 de febrero a  dictar una Clase Magistral en el Aula Magna de la UCV (http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1999/esp/f030299e….html).

El Gorila cubano se presentó y habló largamente, pues lo hicieron sentir como en su casa. El contenido del discurso es un refrito que viene de los años 60 sobre la Crisis Global del Capitalismo. Por ninguna parte analizó por qué desapareció el socialismo en la URSS en 1991, pero si repitió sus frases huecas contra el neoliberalismo y el mercado:

En la antigua URSS, llegaron con sus recetas neoliberales y de mercado y han ocasionado destrozos increíbles.

El propio Castro nos releva de hacer otro comentario, pues en el breve texto que añadió para la publicación de su “Clase Magistral”, explícitamente reconoce que dictó una clase pirata y admite que estuvo:

“Salpicada de anécdotas que iban surgiendo espontáneamente en el curso de las reflexiones, esa fue la nada magistral conferencia con que respondí a lo que se me solicitó”.

Opinión que debe avergonzar a profesores y estudiantes asistentes que con sus “risas” y “aplausos” aprobaban frenéticamente las obsoletas palabras de su simiesco ídolo.

Pero la “Clase Magistral” no es lo más importante. Lo increíble es que aquel personaje que escribió con sangre las páginas de la historia de destrucción de la institucionalidad universitaria en Cuba fuese invitado al Aula Magna de la UCV. Aquello fue un claro indicio de que había un suelo intelectual abonado para que se cultivaran ideas totalitarias en el país porque ¿cómo podía ser que al verdugo de la Autonomía Universitaria en Cuba se le recibiera con honores en la Universidad más importante del país?

El peligroso camino a la servidumbre

El pluralismo en la búsqueda del conocimiento, la libertad de cátedra, la selección democrática de sus autoridades, la participación del estudiantado en el cogobierno y otros principios libertarios consustanciales a la Universidad Autónoma, siempre han sido poderosos obstáculos al establecimiento de un “pensamiento único” por parte de regímenes de vocación totalitaria. Es de esperar, entonces, que la asfixia y asalto a la UCV y demás universidades nacionales no se detendrán porque el fin es doblegarlas y subordinarlas a los intereses políticos e ideológicos del gobierno, engañosamente presentados por éste como los intereses de la Patria.