“Mi hija no abandonó a su marido por miedo”

(foto Eduardo Méndez)
(foto Eduardo Méndez)

Los familiares de Judith Margarita Caldera, de 32 años, asesinada a palazos por su esposo, Orlando Morales, el sábado en la mañana, la lloraban ayer, frente a la morgue forense, mientras esperaban la entrega de su cadáver. Sospechan que el homicida huyó por una de las playas en lancha. laverdad.com / Luisana González

El crimen ocurrió dentro de la casa de la pareja, ubicada en el sector Curarire del municipio La Cañada de Urdaneta. Según fuentes de la Policía científica a Judith la mató su esposo porque este le exigió que se levantara hacerle desayuno y ella se negó. El hombre se molestó y con un palo de escoba la golpeó hasta dejarla inconsciente.

Luisana Pernía Márquez, madre de la víctima, contó que Morales es “drogadicto y bebedor”. “Él obligaba a mi hija a que bebiera con él y cuando se rascaba la agarraba a trancazos como una piñata”.





El pescador y su mujer tenían 16 años viviendo juntos. “Ella muchas veces intentó dejarlo, pero él la amenazaba diciéndole que si lo dejaba la mataba”, indicó María Caldera, hermana de la occisa, quien agregó que como hace dos años Orlando la apuñaló con un pico de botella, estando borracho. Luego de que Morales la agredió, la muchacha recogió sus cosas y se fue a vivir en casa de su madre, en el barrio La Estrella del Lago. “El marido la buscó allá y le dijo que si no se iba con él de nuevo la mataba a ella y a sus cuatro hijos. Ella, por miedo regresó, con el hombre ese”.

La vida de Caldera “era un calvario”, según sus parientes, “pero al parecer eso a ella le gustaba”. A pesar de que denunció una vez a su marido, no se atrevió a dejarlo por miedo. A la dama le realizaran las exequias en la residencia de su hermana María, localizada en la calle 110 casa 79C1-69 del barrio Miraflores de la parroquia Venancio Pulgar. Los hijos de la víctimas quedaron a cargo de su abuela materna y de sus tías.