Asesinó a su mamá de un batazo en la cabeza

Asesinó a su mamá de un batazo en la cabeza

(foto Dabelis Delgado)
(foto Dabelis Delgado)

“Las capacidades humanas para la maldad no tienen límites conocidos por la psicología. Solo un horizonte tormentoso puede verse desde la playa de la cordura y la bondad, que es la estrecha franja donde permanecen el bien y la nobleza del ser humano. Quienes se echan a los mares de la desolación y la maldad, son muchos, pero no todos, y la humanidad sigue luchando contra su propia naturaleza destructiva”.

Estas verdaderas pero melodramáticas palabras fueron las que pronunció el psiquiatra de la policía científica al conocer el espantoso caso que ahora relatamos. Este profesional estudioso de la mente humana en realidad quería decir que “no entendía un carajo cómo alguien puede llegar a ser tan malvado”.

Su paciente se revolvía en el asiento una y otra vez, con la mirada perdida en una dimensión desconocida, relajaba esfínteres y balbuceaba incoherencias. Se apretaba las manos con tal fuerza, que aparecían manchas pálidas de donde se retiraba la sangre. Babeaba y de vez en vez decía incoherencias. Se disculpaba con alguien invisible y lloraba.





Era penoso ver a un ser humano tan joven en ese agujero negro que le consumía el alma, sus sentidos, su tiempo y su todo. Ya nunca podría salir de esa desesperación negra y plaza, como no fuera muriendo. El diagnóstico del médico fue tajante. Este muchacho, José Perpetuo de 18 años de edad, había perdido completamente la razón, y no había manera de hacerlo regresar de su infierno.

Todos sabían que él era el presunto asesino de su propia madre y que el caso, que había estremecido las fibras más sensibles de un pueblo entre los límites de Bejuma y Montalbán, está virtualmente resuelto. ¿Entonces por qué los investigadores para casos especiales Carlos Salinas y Mario Pinto se negaban a cerrarlo?

Retrospectiva del terror

Ya se sabía que el muchacho era el autor material del horrendo crimen, pero quisieron reconstruir lo sucedido para conocer las causas reales de esa monstruosidad. Todo había comenzado semanas atrás, cuando algunos vecinos de la zona donde se produjo la tragedia sintieron que en el ambiente planeaba un olor putrefacto que se filtraba hasta sus casas.

Todos coincidieron en que el origen de esa putrefacción era la casa de la señora “Olga”, a quien por cierto no habían visto en dos días. Pero nadie se atrevía a acercarse, pues habían visto entrar y salir al hijo de ella, y ése era un “rolo ‘e malaconducta” a quien no le temblaría el pulso pa’ meterle un tiro a quien se acercara a husmear.

Más información en Notitarde.