Alexandr, el campesino que creyó que el cielo se desplomaba sobre su cabeza

Alexandr, el campesino que creyó que el cielo se desplomaba sobre su cabeza

FOTO DOMINIQUE FAGET / AFP
FOTO DOMINIQUE FAGET / AFP

Cuando el avión de pasajeros malasio pasó a escasos metros de su cabeza antes de estrellarse frente a su casa de madera, Alexandr pensó que el cielo se estaba desplomando.

“Cuando uno ve que todo empieza a caerle encima de su cabeza, el miedo le paraliza y ya no sabe qué hacer”, aseguró hoy a Efe el testigo de excepción de la catástrofe a la puerta de su vivienda en la localidad ucraniana de Grabovo.

A unos 30 metros de su casa se encuentra la zona cero de la tragedia del avión de pasajeros malasio que se estrelló el jueves con 298 personas a bordo tras haber sido presuntamente abatido por un misil disparado por los rebeldes prorrusos del este de Ucrania, según apuntan los servicios de inteligencia de Estados Unidos.





“¿Qué ocurrió? Que mucha gente ha muerto y que nadie acierta a dar una explicación. Ninguno de los dos bandos”, aseguró, en alusión al Gobierno de Kiev y los rebeldes prorrusos.

Una parte del fuselaje del avión destruyó parte del tejado de su casa e incluso un cadáver fue a parar al huerto, aunque ya ha sido recogido por los equipos de emergencia.

“Al oír un potente chasquido salimos a la calle y vimos cómo el avión estaba a punto de precipitarse contra la tierra. Corrimos para resguardarnos, pero solo nos dio tiempo a llegar a la puerta de nuestra casa”, dijo.

Con ojos de asombro explica que “tras la explosión del aparato la onda expansiva fue tan poderosa que me despidió a mí y a mi mujer al sótano de la casa”.

“Gracias al Cielo, estábamos solos, ya que los niños no estaban en la casa”, comentó.

La delegación de la OSCE acudió hoy a su casa para hacerle algunas preguntas sobre la catástrofe, que tiene en estado de shock a toda la comarca.

“Les dije que no vi ninguna explosión en el aire ni tampoco ningún caza en las inmediaciones”, apuntó.

Alexandr declinó opinar sobre si alguien pudo haber derribado el Boeing-777, pero sí asegura que “los habitantes de la zona viven en un permanente estado de nervios, ya que los aviones de combate ucranianos la sobrevuelan permanentemente”.

“El otro día vimos como un avión lanzaba misiles contra la región de Lugansk”, relató.

Además, en respuesta a una pregunta de la OSCE, explicó que la ambulancia y los equipos de emergencia de la región de Donetsk se personaron en el lugar apenas 20 minutos después de que ocurriera la tragedia. EFE