Producto de la necesidad que tienen las familias en Venezuela, 106 ranchos conforman la comunidad Villa Israel en las adyacencias de la urbanización Villa Baralt en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante de Maracaibo. Habitantes manifiestan estar organizados en busca de la asignación de su nomenclatura y servicios básicos, pero aseguran no tener repuesta por parte de los entes competentes.
Juan Pablo Guanipa, coordinador de Primero Justicia (PJ) en el Zulia, manifestó que llegar a Villa Israel es ubicarse “en medio de un basurero improvisado, con una laguna abandonada colapsada de basura y que ha sido escenario para la muerte de dos niños por inmersión”. “El déficit de vivienda que hay en el país se incrementa cada día. Aquí no tienen nada. Todo a su alrededor es arena. La comunidad lanza la basura a la cañada y la quema. No hay electricidad, están pegados a El Portal de Belén que es una comunidad cercana. El aseo no llega a la comunidad”.
María Medrero, habitante de Villa Israel, manifestó que son alrededor de 120 familias que exigen atención para mejorar su calidad de vida. “No tenemos nomenclatura, hemos hecho todos los tramites pero no hemos obtenido respuesta por parte de la Alcaldía. Nos dijeron que teníamos que esperar seis años y apenas llevamos cuatro años aquí. No es justo que no puedan darnos la atención que necesitamos y tengamos que esperar dos años más para ver si se dignan a ayudarnos”.
El líder justiciero, expresó que en Villa Israel, es necesaria una mayor organización vecinal para obtener la nomenclatura y que luego Corpoelec haga lo suyo. “No es posible que la gente viva en medio de moscas y dificultades y sigan esperando por el numerito para acceder a obtener todos los servicios. Lo ideal es que se tomen grandes extensiones de tierra y se coloquen los servicios, pero aquí lamentablemente es al revés, en los barrios de Maracaibo las familias se asientan antes que lleguen los servicios”.
Rosiris Torrealba, manifestó que al abrir las puertas de su casa lo primero que entran son las moscas. “Hay muchas infecciones, porque por la falta de cloacas no tenemos donde hacer nuestras necesidades. No hay escuelas y los preescolares más cercanos no aceptan a los niños pequeños, pero para los que sí tienen la edad no se consiguen cupos. No tenemos con quien dejarlos y eso nos limita a poder trabajar. Necesitamos ayuda de quien sea. Tenemos tanta plata y vamos al ambulatorio y no hay medicamentos. Dennos la mano, somos seres humanos. Queremos una vivienda digna como el legado que nos dejo el presidente Chávez. Estoy inscrita en la Misión Vivienda y no me han dado respuesta”.
Por su parte, Beatriz Atencio, aseguró que en una reunión con el consejo comunal de Villa Baralt, se organizaron y han hecho las diligencias necesarias con Corpoelec para solicitar un transformador familiar. “Nos dijeron que teníamos que comprarlo y cuesta 36 mil bolívares que no tenemos. Somos gente humilde, no pedimos que nos regalen las cosas, pero sí que nuestra situación sea evaluada”.
Guanipa concluyó haciendo un llamado a los entes gubernamentales. “Veo que a la educación inicial no se le están tomando la atención suficiente, siendo la más importante porque allí se comienzan a inculcar los valores. Es impresionante ver como la precariedad, es la realidad de gran parte de nuestra Maracaibo y eso tiene que cambiar”.