Son contados con los dedos de una mano los periódicos, emisoras de radio y televisión tanto a nivel nacional como regional, que no operan subrogados a la política del gobierno.
El reconocimiento de esa realidad no implica despreciar los esfuerzos para lograr presencia en todos los medios masivos, pero necesariamente hay que promover con audacia la utilización de los medios alternativos; tanto las redes sociales, los impresos, los audiovisuales y muy especialmente la comunicación interpersonal.
Para las fuerzas democráticas se trata de emplear armónicamente todas las formas de comunicación ,sin exclusión de ningún tipo, el uso de la modernidad como 2.0 no nos puede conducir a descuidar los medios tradicionales de la propaganda política, entre ellas el “cara a cara” que ha demostrado su eficacia a plenitud.
Para la definición y proyección de liderazgos en el presente, habrá que tomar en cuenta necesariamente la nueva situación para poder así vencer el cerco mediático y avanzar en la construcción de la nueva mayoría. Dentro de las serias dificultades que hoy se confrontan en el mundo opositor, es un hecho altamente positivo el que algunas partidos hayan retomado con mayor fuerza, las iniciativas políticas en la base de la sociedad. Lo que no sustituye , ni contradice, la necesidad de la presencia unitaria en acciones conjuntas.
Tanto las organizaciones políticas tradicionales como las más nuevas ,se habían acostumbrado al ejercicio de la acción política basada, en la periódica comparecencia en los grandes medios, especialmente la televisión , hoy tendrán que adaptarse a las realidades actuales.
La acción organizativa y comunicacional cotidiana no aparece en los medios masivos, posee poca difusión en las redes, por lo que tendrá que intensificarse en todo el país, para poder enfrentar las tareas que impone la coyuntura y trascender al mediano y largo plazo.
La misión de construir una amplia y sólida mayoría supone, necesariamente, la actualización de la plataforma unitaria y de las modalidades del ejercicio político. La ausencia no debe prolongarse, es urgente modificar la actual situación y resolver con premura las materias pendientes. No hay tiempo que perder, ya es hora de responder responsablemente las exigencias planteadas
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