El fútbol y el racismo en México

El fútbol y el racismo en México

RonaldinhoSimio

 

La llegada del astro brasileño de fútbol Ronaldinho, contratado por el equipo mexicano Gallos Blancos de Querétaro, causó el pasado viernes un llenazo en el estadio La Corregidora de la capital queretana. El político del Partido Acción Nacional (PAN) en esa localidad, Carlos Manuel Treviño Núñez llamó “simio” al jugador brasileño Ronaldinho, molesto por el tráfico que se generó en las inmediaciones del estadio, ante lo cual escribió un mensaje a través de su cuenta en Facebook.





En serio trato de ser tolerante, pero detesto el futbol y el fenómeno idiotizante que produce. Lo detesto aún más porque la gente estorba e inunda las avenidas para hacer que tarde dos horas para llegar a casa, y todo para ver a un simio, brasileño pero simio aun. Esto ya es un circo ridículo”, fue lo que escribió Treviño, quien ante al darse cuenta de los comentarios negativos que generó su expresión borró dicho mensaje, aunque éste ya había sido captado y distribuido en redes sociales.

Treviño fue titular de Secretario de Desarrollo Social del Municipio de Querétaro entre 2006 y 2009, y es militante del PAN desde el año 2000.

El comentario de Treviño causó a su vez la reacción del presentador de Cadena Tres TV, Francisco Zea, quien también es articulista del diario Excelsior, quien escribió un artículo al respecto. Llega así lamentablemente un brote de racismo a la liga profesional de futbol mexicana, sumándose a los que ya se han presentado en la liga española y en la liga italiana.

 

Francisco Zea: Yo quiero ser un simio

Yo quiero sin duda, ser un simio. Un simio que de un origen humilde en Porto Alegre, Brasil, por la temprana muerte de mi padre a los ocho años, me convierta con el paso del tiempo en uno de los mejores jugadores de la historia del futbol. Yo quiero ser un simio que haya sido designado Balón de Oro, otorgado por la revista francesa France Football, al mejor futbolista del futbol europeo en 2005, mejor delantero de la Liga de Campeones de la UEFA también en 2005, mejor jugador de la Liga de Campeones de la UEFA en 2006.  Entre muchos otros reconocimientos internacionales. Quiero ser un simio que ha cobrado cantidades impresionantes de dinero en equipos como el Barcelona y el Milan, que ha sido factor fundamental en la selección brasileña campeona del mundo. Quiero ser un simio por el que muchas mujeres han enloquecido.Ronaldo de Assis Moreira es el simio que quiero ser. Y es quien ha obtenido todos los logros enumerados entre muchos otros. Sin duda quiero ser ese simio y no un pendejo como Carlos Manuel Treviño, cuyo máximo logro en la vida ha sido ser secretario de Desarrollo Social en Querétaro entre 2006 y 2009 en una administración panista. Este exitoso estúpido, tuvo la puntada de llamar simio aRonaldinho, molesto por la efervescencia que causó la presentación del jugador como gallo del Querétaro y los problemas que tuvo para llegar a su casa. Obviamente lo hizo en redes sociales y como todo buen cobarde desapareció su cuenta de Facebook y su publicación a la hora de escribir su venenosa catarsis.

Lo más triste del caso de este mequetrefe es que, como secretario de Desarrollo Social no lo conocía absolutamente nadie y hoy saltará a la fama por tonto, por su falta de inteligencia y mesura. No puedo imaginar un secretario de Desarrollo Social que tenga estos conceptos racistas. Se supone que el titular del puesto es quien debe  velar por ayudar a salir a los pobres de esa condición, de integrar a la sociedad para que se vuelva más justa y por ende productiva. Es quien debe generar programas en los cuales la inclusión sea piedra angular del trabajo. Y es quien ha discriminado de forma criminal a un jugador de futbol que ha puesto en la mira del mundo a la ciudad en la que vive. Apesta decir que llama simio, a una persona que ha tenido logros inconmensurablemente mayores a su triste y gris carrera política. Eso sin tomar en cuenta que le caería de perlas un espejo pues, su físico no es precisamente el de alguien que pueda criticar a un deportista de alto rendimiento como Ronaldinho.

Estoy convencido que la raíz del racismo, está fincada en la más profunda estupidez humana. Esa misma que ha llevado a enfermos mentales como los integrantes de grupos supremacistas en Estados Unidos a fundar el Ku Klux-Klan, o a asesinos seriales como Hitler a declarar la supremacía de la raza aria y en función de esto matar a millones de seres humanos o a Sudáfrica establecer un régimen segregacionista como el apartheid.  Me cuesta trabajo entender la inclusión en un partido político, de un imbécil como Treviño Núñez, sobre todo en el marco de la mixtura racial y la complejidad que ésta implica en México. Cómo es posible que un partido que reivindica los derechos humanos y que condena su violación, pueda haberlo empleado en una administración local. Es una vergüenza. Por lo menos la dirigencia local del PAN ha declarado que iniciará un proceso sancionador que podría terminar en la expulsión del divino Treviño, que, reitero, antes de llamar simio a cualquier persona, debería  realizar ese complejo ejercicio de mirarse al espejo y darse cuenta de su “compleja” realidad.

Por otro lado es un asunto que no pueden dejar pasar las autoridades. La directiva del club ha hecho público un comunicado condenando de manera determinante las declaraciones y dejando claro que legalmente se llegará hasta las últimas consecuencias. Espero que en esta ocasión la legislación en materia de discriminación se aplique a cabalidad y el castigo para el hermoso Treviño Núñez sea ejemplar. Por el bien del país y también del futbol. Si este patético sujeto ha notado, aun cuando deteste el futbol, éste es un espectáculo al cual, con motivo de la presentación de Ronaldinho, acudieron miles de familias a divertirse sanamente, a ver a un astro de talla mundial, el cual se pudo traer a nuestro país gracias a una inteligente y mediática apuesta del Club Querétaro, con esta inclusión se recuperó la fe en el club y se le inyectó vida a la ciudad, se motivó de forma importante la economía, es decir, que un ente privado hizo mucho más por Querétaro que este pobre diablo en toda su administración. Pero aún aceptando sin conceder que esto no sea importante, se llevó a Querétaro un espectáculo que merece ser admirado y disfrutado por los ciudadanos, sin violencia y sin racismo.

En conclusión, yo sí quiero ser un simio, con esa chequera, con ese éxito a mis espaldas, con el cariño y suspiro de muchas mujeres, con ese liderazgo y con esa magia para jugar futbol. Deporte que detesta el panista, pero que es el más grande negocio a nivel mundial. Y que a su ciudad la ha puesto en el ojo del mundo en dos ocasiones, primero en 1986 con el Campeonato Mundial y ahora con la llegada de uno de los mejores jugadores de la historia. Eso se debe  agradecer, pues es un logro que ningún funcionario inepto como Treviño ha logrado. Desde aquí exijo una disculpa pública de este petardo y la inmediata expulsión de su partido que de lo contrario se puede volver cómplice de su asquerosa conducta y de su delito, porque la discriminación lo es. Ni hablar como diría Einstein: “Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”.

 

Lapatilla con información de Excelsior, Cadena Tres y MedioTiempo