Nos sorprende y no nos vamos ni a acostumbrar ni a aceptar el lenguaje militar infiltrado en todas las actividades nacionales. Leemos en la prensa que el presidente anuncia la creación de un “estado mayor” para ocuparse de combatir el dengue y la chikungunya. No somos médicos, mucho menos especialistas sanitarios. Queremos opinar y sugerir algunas acciones.
En la historia de Venezuela tenemos historias valiosas de enfrentamientos con las enfermedades y recordamos excelentes venezolanos que dedicaron sus vidas al estudio y erradicación de enfermedades que en sus tiempos diezmaron a nuestra población.
Basta con mencionar al doctor Arnoldo Gabaldón Carrillo, quien, entre otras actividades, fue el hombre que utilizó el DDT para acabar con los mosquitos que trasmitían la malaria.
Desde aquellos ya lejanos tiempos en los que se organizó la nación, se crearon las instancias necesarias para atender, todos los días, los distintos eventos de la administración de una nación. Los tiempos de López Contreras, de Medina y de la sucesión democrática de presidentes que nos gobernaron en los cuarenta años de la segunda mitad del siglo XX, queremos pensar que siempre, estuvieron atentos de mantener una administración eficiente. En ello fue fundamental, entre otros, el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social. La ciudadanía sana, las dotaciones de sistemas adecuados de distribución del agua potable y la recolección de las servidas, el diseño y construcción de la vivienda que merece el ciudadano y tantas otras actividades, fueron atendidas.
Hoy, pensamos que las organizaciones oficiales tienen otros objetivos. Pensamos que son tierra abonada para la burocracia ineficiente, para el cultivo del amiguismo político, del nepotismo y de la maldita corrupción.
Centrando el foco sobre las enfermedades del título, quisiéramos pensar que los ministerios existentes, y tantas otras organizaciones que se han considerado imprescindibles para la atención de la salud de los venezolanos, tienen la obligación de prevenir las causas y combatirlas con todos los recursos que la ciencia y la técnica nos brindan. Pensamos que el Ministro del Poder Popular para la Salud es el responsable de que se cubran todos los frentes de atención a la salud de nuestros ciudadanos. Pensamos que ya existen las instancias técnicas que deben saber las acciones a tomar. Pensamos que la fumigación, como la que realizaron los colaboradores de Gabaldón, es imprescindible (Da la coincidencia de que el vector es el mismo). Pensamos que enviar adonde haga falta a un avión que traiga, con la velocidad necesaria, cantidades enormes de acetaminofén, son actividades que debieron realizarse apenas se supo de la existencia de las enfermedades. Hace falta leer “El mensaje a García”.
Para finalizar, quisiéramos que se reservaran las rimbombantes noticias para temas importantes de nuestra sociedad: democracia, libertad, justicia y paz, deben ocupar los primeros lugares de la agenda nacional y esas actividades requieren de buena conducción y de una gran característica: el respeto a la institucionalidad nacional. Allí, la gerencia eficiente es no solo necesaria, es imprescindible y debe ser ajena a la politiquería y a la mentira.
@rafael862