Represión y legitimidad: las antípodas de la balanza gubernamental

Represión y legitimidad: las antípodas de la balanza gubernamental

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La protesta en Venezuela siempre ha estado presente, no sólo en el ámbito político, sino en lo laboral y social, pero a raíz de las manifestaciones estudiantiles y las posteriores represiones por parte de cuerpos de seguridad del Estado, el uso de la fuerza en lugar del liderazgo es el mecanismo que se está usando para cualquier disidencia o denuncia que comprometa al gobierno, así lo informó Correodelcaroni

Jhoalys Siverio





En el caso de los estudiantes no sólo fue la represión, sino las detenciones que violaron el debido proceso, y el retardo en los casos de varios jóvenes que permanecen privados de libertad.

Posteriormente sucedió con la protesta de los trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor), quienes reclamaban la firma de su contrato colectivo; su descontento por el acuerdo de una convención entre “madrugonazos” también generó una reacción en contra del Gobierno, cuya respuesta fue la detención de varios de ellos.

El sector salud no escapa de esta realidad. Por denunciar la crisis que se está viviendo en clínicas, hospitales y farmacias, y denunciar la muerte de pacientes a causa de una enfermedad que no se había determinado, la repuesta no fue precisamente atender el problema sino ir en contra de quien hizo pública la situación.

El principal costo político es la deslegitimación, menciona Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

“Cada vez que el gobierno reprime hay un costo político y eso se expresa en el rechazo de la población que empieza a deslegitimar. Con la línea del lado del gobierno deben ver qué es más costoso: no reprimir y permitir que esto avance y se multiplique, o reprimir y caer en deslegitimación”, señala.

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