Victor Vielma Molina: ¡Que nadie te amenace!

Victor Vielma Molina: ¡Que nadie te amenace!

thumbnailvictorvielmamolina¡Cobardes! ¡Hipócritas! ¡Abusivos!, son todos aquellos que amenazan por “razones” políticas. Ningún venezolano puede tolerar que alguien vaya  a su casa a amenazarlo de muerte. ¡Que nadie te amenace! ¡Que nadie te intimide! ¡No lo aceptes! ¡Denúncialos!

Te amenazan porque te temen ¡Claro que te temen! Les espanta que apoyes protestas, que participes en ellas, que milites, que seas amigo y simpatizante de la democracia o defensor de los DDHH.

¡No! ¡No aceptes que nadie te amenace en nombre de algún partido político, de alguna ideología, de fanáticos, de fundamentalistas, de algún poder de ostentación o detentación! ¡Que nadie ose amenazarte! Es un deber defender tus derechos. ¡Que nadie viole tus derechos!





Toda clase de amenaza, toda clase de homicidio, todo tipo de crimen es repudiable, venga de donde venga. Pero quienes amenazan, amedrentan o difaman usando el poder gubernamental contra ciudadanos que recurran a sus derechos constitucionales de protesta, de libertad de expresión y del ejercicio libre del derecho de conciencia, son criminales represores y políticos delincuentes. Los delitos son superlativamente más abominables cuando son cometidos por actores políticos que deberían ser dignos y ejemplo a seguir.    Cuando un gobierno usa, de manera sistemática y deliberada el abuso de poder, establece el terror y la impunidad para ocultar delitos consumados o, en su defecto están dispuestos a acometer con furor, otros de mayor gravedad. Todo venezolano, natural o nacionalizado que viva dentro o fuera del país, tiene derecho a ser respetado. Jamás vejado o maltratado por autoridad alguna, de manera física ni psicológica. Porque ningún poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial ni de particular alguno, está facultado para violar derechos. Su prerrogativa es defender los preceptos constitucionales. Defender el derecho, propio o ajeno, es deber ciudadano. Por eso, reiteramos, nadie tiene potestades para invadir libertades ni quitar derechos magnos; menos, llegar a cometer crímenes de lesa humanidad.  Amenazar de muerte es un tipo de tortura psicológica. Todos tienen derecho a vivir conforme a lo que indican las leyes o normas de convivencia social. Nadie puede aceptar el relato de la opresión, la segregación y del asesinato.  Estos derechos están contemplados en el Cap. III. De  los Derechos Civiles, desde el Art. 43 al 61 de la Constitución Nacional.

Este gobierno violó y viola al Pacto Social que los venezolanos votaron, firmaron y refrendaron en 1999. Este gobierno “revolucionario” dotó e indujo bajo ideas, licencias y concepciones falsas a gran parte de funcionarios de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y a grupos armados rentados para que intimiden y, en último caso, ultimen a defensores de la democracia. En Venezuela, muchas personas han sido y son víctimas de represión deliberada y selectiva. Muchos sin pruebas y sin investigación, han sido señalados falsamente de crímenes. Pagan con cárcel su condición de ser disidentes, de ser de la oposición. Esta revolución, gobierna de manera parcial desde un grupo de poder,  que margina a más de las tres cuartas partes de la población del país. Por ello, esta revolución es farsante, difamadora, ambigua y totalitaria.

Venezuela es signataria de organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA). Aunque parecieran ser, organismos apéndices de los países que más las financian económicamente y de la ideología de sus presidentes, son las únicas esperanzas posibles ante lo que sucede en Venezuela.

Detengamos de una vez por todas, la impunidad, la segregación y la violación de los Derechos Humanos. ¡Denuncia, aunque te amenacen! Si te persiguen o te enteras que persiguen a alguien por razones políticas y tú denuncias a los “políticos” infractores y criminales, de alguna manera, estos temerán. La justicia siempre llega. No te calles. El silencio es humillante y aniquilante. Bajo tu silencio te someten, te inmovilizan y te darán muerte moral. Mientras callas, muchos serán apresados, maltratados y, hasta pudieran desaparecer, físicamente. Organízate desde tu comunidad y exige tus derechos constitucionales. Las Organizaciones no Gubernamentales (ONG), recibirán  y tomarán nota de tus denuncias. La solidaridad, la valentía y el heroísmo te darán trascendencia ciudadana; harán que tu vida sea más interesante y útil. Solo una acertada y auténtica política evitará la guerra. ¡Organízate!

 

Víctor Vielma Molina/Educador/[email protected]