Esposo de española infectada con ébola: Ella hizo todo lo que le dijeron

Foto referencial
Foto referencial

¿Rompió la enfermera Teresa R.R. el protocolo al tratar al misionero que pudo infectarle con ébola en el Hospital Carlos III de Madrid? “Ella hizo todo lo que le dijeron, nunca me comentó nada, volvió a casa tan normal y en ningún momento ha tenido ninguna preocupación de nada”.

Lo declara en exclusiva a EL MUNDO su marido, Javier L.R., con el que este digital ha logrado contactar en los módulos de aislamiento del centro. Javier se ratifica en que en ningún momento la enfermera hizo nada incorrecto al tratar al misionero que previsiblemente le provocó el contagio, el primero de esta enfermedad fuera de África, también lógicamente el primero en Europa.

“Ella ha estado trabajando normalmente, ha seguido todos sus protocolos normales”, asegura el marido, que dice sentirse “bien, dentro de la gravedad” y explica que con Teresa “la cosa evoluciona favorablemente” porque a su mujer “le están poniendo plaquetas de una persona que se curó [la misionera Paciencia]”.





Javier, que asegura estar en un ala diferente a su esposa, dice que todo era normal hasta el pasado martes 30, y no lunes, como se ha publicado. “Ella empezó con fiebre, pero nunca alta”. ¿Nunca por encima, como han dicho las autoridades, de 38.6 grados centígrados? “No”. “La fiebre nunca subía”, comenta en otro momento.

“De hecho nos íbamos a ir de vacaciones porque estuvo haciendo el examen para la plaza fija, lleva 15 años trabajando aquí [en el Carlos III] y nos nos pudimos ir por un accidente que tuve yo, y ella dijo: ‘Pues bueno, me voy yo a pasar unos días con mi madre’. Pero luego empezó con la fiebre y…”.

Comunidad quiere sacrificar a su perro
La pareja dejó a su perro, solo, en su hogar. “Nos ofrecieron llevarle a una clínica, para que estuviera bien atendido y en observación, para hacerle analíticas y seguir el protocolo, pero en principio no hay contagio de personas a animales ni de animales a personas… Y ahora me llama este Zarco (director general de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid) y me dice que hay que sacrificar el perro sí o sí, que si le doy mi autorización. Y le he dicho: ‘Mi autorización no la tienes'”, dice muy airado.

“Y me han dicho que si no les doy mi autorización, van a pedir una orden judicial y van a entrar en casa por la fuerza para sacrificar al perro. Ayer no me dijeron eso. Me ha querido comer la oreja, que yo les dejara las llaves de casa y con un besito le sacrifican. Entonces qué hacemos, ¿que a mí me sacrifiquen también? Como no saben si lo tengo o no, que me sacrifiquen a mí también, ¿no?”

“El perro no tiene problema, tiene toda la casa para él, la terraza abierta para que haga sus necesidades… Se puede cagar por la casa, tiene 15 kilos de pienso, tiene agua… Como si pasa 20 días solo. Se porta bien, no molesta… Y mi mujer no sabe nada, pero ella, que es la paciente, la que tiene el ébola, le dices eso y se queda en el sitio”, termina.