La ira del cielo cae sobre una remota comunidad indígena (Fotos)

La ira del cielo cae sobre una remota comunidad indígena (Fotos)

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Perdida en las montañas del norte de Colombia, una remota comunidad indígena sufrió la ira de los cielos. Esta tribu, que perdió a 11 de los suyos por un rayo, conoce bien ese fenómeno meteorológico, que con temor y respeto llama “El Señor Comisario”.

 

La aldea seguía conmocionada este martes tras la violenta tormenta eléctrica acompañada de un diluvio tropical que trajo la muerte y la destrucción a este pueblo de la Sierra Nevada, donde viven unas 60 familias de la etnia wiwa.

“Estamos tratando de recuperarnos porque es un gran impacto para nuestra comunidad que la naturaleza nos haya tratado así. Estamos de luto”, dijo por teléfono a la AFP Lorenzo Gil, miembro de ese grupo étnico.

Para él, este drama es una “respuesta al hombre que da la espalda a la naturaleza”. “Quizás somos los que más nos encargamos de buscar el equilibrio entre el hombre y la naturaleza y si nos sucede esto es porque el mundo no está haciendo nada, no nos esta apoyando”, afirmó, lloroso.

Su hermano y sus primos están entre los 15 heridos por el rayo que impactó en la madrugada del lunes en esta tribu que vive habitualmente una existencia pacífica, marcada por rituales, cantos y meditación.

Víctimas de quemaduras de segundo y tercer grado, los heridos fueron evacuados en helicóptero desde su aldea, de muy difícil acceso, al hospital de Santa Marta, la ciudad más cercana, a cinco horas de carretera y situada en la costa del Caribe a 950 kilómetros de Bogotá.

Ana Gil, una enfermera wiwa que está en el hospital, aseguró a radio Caracol que todos los indígenas damnificados “se encuentran en una condición estable”. Cuatro aún deben ser operados y seis están en observación y pueden ser dados de alta este martes.

“La mayoría tiene quemaduras en la espalda, caderas y piernas”, dijo, señalando que nunca había vivido algo “tan traumático”.

– “Sólo el grito de los hombres” –

Fue durante una reunión de la tribu que el rayo cayó sobre la aldea en el resguardo Kemakumake, en la parte alta del río Guachaca.

“El rayo cayó en la choza donde se realizaba la ceremonia, había unos 60 hombres reunidos de los cuales 11 murieron y 15 resultaron heridos”, dijo a la AFP el coronel Jorge Santodomingo, quien participó en el operativo de rescate a cargo de un batallón de montaña del Ejército.

Ninguna mujer ni niño, usualmente no invitados a estos encuentros sobre asuntos político-administrativos, resultó afectado.

“Tenía sed y salí a buscar algo de tomar. En medio del aguacero llegué a la casa, cuando se escuchó el trueno que retumbó en toda la Sierra”, contó Bernardo Gil, uno de los participantes de la reunión, al diario el Tiempo.

“A los dos minutos, cuando regresé, ya la choza estaba prendida. Entonces solo se escuchaba el grito de los hombres”, agregó.

Después de la tragedia, la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) lanzó un “llamado a la solidaridad nacional e internacional”.

La policía y las autoridades judiciales se presentaron en el lugar para identificar los cuerpos que, según la tradición indígena, serán enterrados en su territorio.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos expresó “las condolencias y la solidaridad” de toda la nación a la tribu wiwa. “Haremos todo lo posible por ayudar en lo que esté a nuestro alcance”, dijo.

Aunque las consecuencias mortales son raras, las tormentas con fuertes descargas eléctricas son un fenómeno climático usual en varias regiones de Colombia.

La combinación de altas temperaturas y ondas tropicales crea nubes “que contienen una gran cantidad de energía positiva y negativa”, explicó a la AFP el jefe de pronósticos del estatal Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), Cristian Euscátegui.

Es el choque entre estas nubes lo que produce “descargas eléctricas” en buena parte de la región andina, el Caribe y en la zona Pacífica, según este experto.

AFP

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