Malala estaba en la escuela de Birmingham en el momento del Nobel (Fotos)

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Cuando se anunció que era la colaureada del Premio Nobel de la Paz, Malala Yousafzai estaba en la escuela en Birmingham, centro de Inglaterra, donde reside cuando no recorre el mundo para abogar por el derecho a la educación.

Por Katherine HADDON/ AFP

Como si se tratara de un símbolo, la adolescente de 17 años estaba el viernes por la mañana en un lugar banal para algunos, pero privilegiado para otros. Un lugar que ella quisiera abrir a todos los niños y niñas del mundo: una escuela.





“Está en la escuela, como siempre”, indicó a la AFP un portavoz de la poderosa empresa de relaciones públicas, Edelman, que gestiona la imagen de la más joven laureada del Premio Nobel de la historia.

Premiada junto al indio Kailash Satyarthi “por su combate contra la opresión de los niños y de los jóvenes, y por el derecho de todos ellos a la educación”, Malala asiste desde marzo 2013 a Edgbaston High School, un establecimiento privado de Birmingham.

Malala vive en esta ciudad, donde hay una importante comunidad paquistaní, desde que fuera operada ahí en octubre de 2012, tras un atentado que casi la cuesta la vida, cuando los talibanes le dispararon una bala a la cabeza.

“La ciudad de Birmingham me es muy querida porque ahí me encontré siete días después de haber sido herida por bala. Es mi segunda casa, después de qui querido Pakistán”, afirmaba en 2013 al inaugurar la nueva biblioteca de la ciudad.

Rodeada de su familia, Malala ha convertido a esta ciudad sin gran encanto del centro de Inglaterra en su refugio, del que sale a recorrer el planeta para dar conferencias y ser recibida por los poderosos de este mundo.

Convertida en ícono del combate por la educación de la niñas, la joven paquistaní dispone de una formidable maquinaria de comunicación, que ha contribuido a divulgar su mensaje y a otorgarle un estatuto de estrella.

Incluso antes de cumplir 17 años, Malala ya había hablado en la tribuna de Naciones Unidas, publicado su autobiografía y había sido invitada por la reina Isabel II al palacio de Buckingham.

La joven militante se beneficia también del apoyo del ex primer ministro británico Gordon Brown, enviado especial de la ONU encargado de educación. Brown la visitó en el Queen Elizabeth Hospital de Birmingham cuando se hallaba en cuidados intensivos, y desde entonces apoya su causa y su lucha.

Fue él quien organizó el discurso de Malala ante las Naciones Unidas, donde lanzó un vibrante llamado a la educación para todos los niños, en julio de 2013.

Frente a la hiper-mediatización de Malala, algunos de su detractores, en particular en Pakistán, han acusado a la adolescente de ser una marioneta de Occidente, Otros se preocupan por su excesiva exposición a los medios.

La propia Malala insiste que este circo mediático no ha modificado su personalidad. “Mi mundo ha cambiado, pero no yo”, asegura en su autobiografía “Yo soy Malala”.