Zulmaire González: El intolerante hombre del mazo

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El régimen ha venido utilizando para perpetuarse en el poder toda clase de personajes nocivos, incluyendo a los mal llamados patriotas cooperantes, quienes no son más que unos burdos “sapos”, “chismosos”, “informantes”, “delatores” que no tienen nada de patriotas, inspirados en el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) cubana. Tan solo por el hecho de entregar chismes y tergiversar información a fines de congraciarse con miembros del régimen torturador y violador de derechos humanos, y por ende para perjudicar a venezolanos inocentes e incluso traicionando a compatriotas o amigos, no los hace nada de patriotas, por el contrario, además de ser traidores y no aportar absolutamente nada para el desarrollo y la unión del país, demuestra la pérdida de valores y calidad humana  que embarga a algunos venezolanos.

El multifacético capitán-presidente de la Asamblea Nacional, a quién durante estos años lo hemos visto desempeñándose en diferentes cargos y actividades, incluso, el día de la detención de Leopoldo López sirvió de conductor del vehículo que trasladó a López hasta el Palacio de Justicia, ahora nos presenta su nueva faceta de vedette de televisión, con una particularidad especial peligrosísima, porque en el programa semanal Con el Mazo dando, se excede de sus funciones o se abroga funciones propias del Ministerio Público y el Poder Judicial, convirtiéndose en fiscal acusador y juez para condenar públicamente a quienes ejerciendo sus derechos, disienten del régimen.





Diosdado Cabello, y los mal llamados patriotas cooperantes, bajo los alias de mundo, chespirito, chef, entre otros, se dedican a suministrar supuestos tubazos al capitán presidente de la Asamblea Nacional devenido en showman, donde de manera irresponsable se dan nombres de supuestos traidores a la patria, se montan ollas y se dan líneas para perseguir a quienes lo han criticado y disienten del régimen.

Estos sapos son en su mayoría espías cubanos, integrantes de cuerpos policiales venezolanos entrenados en La Habana, y algunos ciudadanos convertidos, gracias al legado de la revolución bolivariana, en mercenarios dispuestos a entregar información a cambio de dinero, perseguir a la disidencia, para ello se valen de la intercepción de emails, skalteo de usuarios de twitter, llamadas telefónicas y vía skype. Asimismo, penetran espacios de la oposición para escuchar información. Además, el objetivo del régimen de usar a estos chismosos es para tratar, a través de la manipulación de la información y tergiversación de los hechos, desprestigiar desde el punto de vista personal y moral a los opositores y así desviar el foco de atención de los problemas graves que enfrenta el país.

Es tan nociva y perjudicial el rol de estos mal llamados patriotas cooperantes patrocinados por el régimen, que en la sesión pública para examinar el informe presentado por el Estado venezolano ante Comité contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas celebrada en la ciudad de Ginebra el 05 de noviembre de 2014, la experta de Estados Unidos preguntó a los representantes del Estado venezolano que le explicara al Comité la figura de los patriotas cooperantes.

A través de los mazazos, Diosdado Cabello viola el derecho a la presunción de inocencia, piedra angular del derecho al debido proceso. Esta presunción de inocencia se encuentra consagrada en la Constitución de la República, Convención Americana sobre DDHH y Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,  lo que hace que este intolerante hombre del mazo, el hombre duro de la revolución, siga acumulando millas como violador de derechos humanos.

@zulmaire

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