Fernando Núñez Noda: Preludio de mi novela: “Otro inquilino de Plaza Odot”

La novela comienza así:

«Ese sabor del absurdo. Lo sintió Hipólito al ver el gigantesco complejo con sus pasillos y halls y lobbies de cinco estrellas o frente a uno de los 73 restaurantes. ¿Había caído en desgracia para algún editor por tal asignación?

 





Detalle de la serie Humanas, de Alfredo Herrera.

Detalle de la serie Humanas, de Alfredo Herrera.

 

Con mucha paciencia el encargado de seguridad Arcadio, desglosó el dossier: al menos diez años desde las primeras sospechas -ejemplos de indicios que no llevaron a nada,- una foto borrosa, similar a la de monstruos tipo Pie Grande con una bruma que podría ser el legendario Inquilino.

Era Hipólito el segundo reportero que enviaban. Se le entregó el expediente para un rápido examen y Arcadio prometió decir más después de que entrevistara al administrador. Recibió ceremoniosamente dos ejemplares de la Gaceta Plaza y el resto fue un recuento oral.

— Este caso viene y se va como las olas.

— ¿Cómo es eso?

— Que a veces está “de moda” y todo el mundo da carreras, viene la policía y luego lo olvidamos… hasta yo.

— Pero el señor Ruggerio me ha dicho que lo han buscado sin interrupción.

— Él lo ha buscado sin interrupción. Para Ruggerio es una cuestión personal. ¿Me comprende?»

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¿Qué es un thriller periodístico?

Uno cuyo investigador no es un policía o detective sino un reportero. Ese es, aproximadamente, el género de esta novela corta.

Hipólito es un redactor frustrado y depresivo. Lo mandan a cubrir un caso extraño, que él desestima. Alguien vive clandestinamente en oficinas y apartamentos de Plaza Odot, el centro comercial más grande del hemisferio, de todos los hemisferios. Un monstruo de tiendas, viviendas y oficinas.

Desde hace tiempo el caso obsesiona al Administrador Emilio Ruggerio y a los mismísimos dueños de la “ciudadela” Odot. Movido por un interés romántico Hipólito investiga.

Al Inquilino se le asocia con la “Moba”, una terrible tribu del más literal bajo mundo (siete pisos inferiores en estacionamientos).

Mientras muchos lo persiguen el “inquilino” se escapa, se transmuta, ejerce la invisibilidad. Hasta que un día le dicen a Hipólito que apareció muerto. ¿Caso cerrado? Tiempo después un funcionario del consorcio recibe una carta del Inquilino mismo. ¿Mensaje póstumo o de alguien aún vivo?

El desarrollo y centro de la historia es lo que cuenta el Inquilino en ese documento (que se transcribe completo en la novela). ¿Cómo pudo, por ejemplo, mantenerse incógnito y rampante, o liderar la Moba?

En la novela ni los perseguidores llegan a conocer al Inquilino, pero el lector sí.

Algunas leyendas urbanas acerca de qué o quién es el Inquilino

Del libro:

  1. Un “geek” que hace un complejísimo experimento de simulación inmobiliaria.
  2. El más peligroso guerrillero urbano.
  3. Un hombre que no puede vivir en clima cálido y por tanto se refugia en un invierno artificial y techado.
  4. El ectoplasma de un maestro de obras.
  5. Un superdotado de la ingeniería paranoico que no podía vivir sin sentirse perseguido.
  6. Un vampiro, un noctámbulo maldito que reptaba las verticales paredes internas [de ].
  7. Un campeón del retorno puro y duro del estado burgués, pero reloaded.

El caso es que las leyendas urbanas sobre El Inquilino se disipan con esa carta.

Otro inquilino de Plaza Odot se desarrolla en una ciudad sin nombre, rodeada de autopistas y colinas. Puede ser Caracas, México DF, Sao Paulo o Miami. Si tuviera que decir cuáles sentimientos y procesos humanos mueven esta historia diría: obsesión, mutación, vanidad, simulación, depresión, terror y, finalmente, liberación. Liberación del todo y de uno mismo.

Plaza Odot es como  Moby Dick, indomable, inabarcable. Hay obsesión por doblegarla, motivación romántica para investigar, necesidad indetenible de reivindicación. ¿Y el otro Inquilino? Yo diría que es el hombre que, según Hesse, “para nacer tiene que destruir un mundo”.

Algunos datos sueltos sobre Plaza Odot

Plaza Odot está en todas partes y en ninguna. Es tan grande que ya tiene zonas olvidadas por el género humano.

La ciudad se llena de pequeñas ciudadelas, de comarcas internas bajo techo, con clima artificial, con micro ambientes.

Hace unos años aparecieron grafitis que proclamaban: “Plaza Odot es del diablo”.

El aire acondicionado me parece uno de los inventos más importantes de la historia, a despecho de otros que tienen más peso en los rankings. Plaza Odot es el espacio techado más grande del mundo y en todo su ámbito hace mucho frío, aún cuando en el exterior haya un sol calcinante.

Lo demás es historia. Esta historia.

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Más info: PlazaOdot.com
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