Freddy Paz: La chikungunya tiene bajo control a los venezolanos

mosquito

 

Como si fuese ya poco penosa la situación de la salud en Venezuela, en los últimos meses se ha apoderado del país una nueva virosis febril que mantiene con los nervios de punta a los venezolanos y que no es otra que la tan nombrada chikungunya.





Según la OMS, La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos. Se describió por primera vez durante un brote ocurrido en el sur de Tanzania en 1952. Los primeros síntomas se parecen a una crisis de paludismo o de dengue aunque la fiebre de chikungunya no tiene nada que ver con estas. La enfermedad empieza con una fuerte fiebre, a veces superior a los 40 °C, que dura 3 días. A esta fiebre le sigue un eritema o erupción, durante 5 días, agujetas muy dolorosas en las articulaciones. Estos dolores articulares pueden permanecer o reaparecer hasta varios meses después de la primera crisis.

Según el Dr., José Félix Oletta, ex ministro de Sanidad, a las cifras que dio el viceministro del Área Social y  Ministro de Educación, Héctor Rodríguez, le faltan muchos enfermos. A partir de la semana 26 en el boletín epidemiológico comenzaron a aumentar los cuadros febriles. “Hasta la semana 44 se acumularon un millón 390 mil casos, sin que el Ministerio de Salud explique de qué se trata”.  Asegura que la situación que atraviesa el país es “intolerable”. El Zulia hasta la semana 44 ocupaba el puesto ocho entre los estados con mayor número de casos febriles. “En las últimas cuatro ocupa el primer lugar. Casi el 25 por ciento de los casos que ocurre en Venezuela (del chikungunya) pasan en el Zulia. Pasando de 46 mil casos de fiebres agudas por semana a 200 mil en todo el  estado.”

Pero dejando de lado las estadísticas y los datos médicos la principal preocupación que me agobia es el sufrimiento diario por el cual tienen que atravesar los ciudadanos aquejados por ésta enfermedad y por los que temen contagiarse con la misma, entre los cuales me incluyo.

Desde que se reportaron los primeros casos por allá por Republica Dominicana, por el mes de mayo de este año, renombrados epidemiólogos venezolanos advirtieron al Gobierno Nacional de la inminente llegada del virus a nuestro país. Las advertencias se hicieron triste realidad y en el mes de julio, muy a regañadientes el Ministerio de Salud reportó oficialmente el primer caso en el país. Pero por increíble que parezca, no fue sino hasta tres meses después de ese primer caso, que el Gobierno comenzó a tomar paliativos para atender éste brote febril, todo esto envuelto en un velo de desinformación y un oscurantismo poco menos que asombroso.

Para esta enfermedad, no existe un tratamiento específico, sino que se concentran los esfuerzos en aliviar los síntomas. Pero en los hospitales y ambulatorios no hay, ni siquiera como atender a los aquejados por este mal. En los laboratorios no hay reactivos para aplicar las pruebas de diagnóstico, y a los pacientes los ven en las emergencias y los remiten para su casa con el tratamiento que es aplicado para los casos de dengue. Acetaminofén para la fiebre, ácido fólico y complejo “B”. Esa es la atención primaria en nuestra red de salud. Esto no me lo conto nadie, lo viví en carne propia al llevar a un familiar cercano a una emergencia para que lo trataran aquejado por los síntomas propios de esta fiebre.

Así como nadie me conto la peregrinación farmacia por farmacia tratando de conseguir  acetaminofén, ácido fólico y complejo B. No se consiguen los medicamentos en cuestión ni muchos otros tampoco. Y cuando los consigues, en las farmacias te exigen el récipe que te identifique como “paciente con Chikungunya” para poder venderte el medicamento, es decir “racionamiento”. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que tuve que escucharle decir a los dependientes de las farmacias que visite “No Hay”, hasta que me tocó el turno a mí. “No hay”,  es que la escasez en  farmacias y  emergencias de los hospitales, es absoluta.

No es justo para con los ciudadanos de este país, que no haya políticas coherentes de prevención ni de alerta sanitaria, ni de  producción de medicamentos para atender la crisis. Según voceros de la Cámara de Farmacias de Venezuela, la escasez de medicamentos supera el 50%. No es justo para con los ciudadanos que por un gobierno que no sabe gerencial, los venezolanos tengamos que vagar de un lado a otro para conseguir atención médica y medicinas. El que se enferma no va a los hospitales a hacer turismo, va porque se siente mal, es decir va a buscar soluciones, cura a su mal,  y a final de cuentas es deber constitucional del Estado garantizar al pueblo salud gratuita de calidad.

Por eso cuando escucho a voceros del Gobierno decir que el Chikungunya está bajo control, no me queda más nada que decirles: No señores, el Chikungunya tiene bajo control a los  venezolanos.

Diputado Freddy Paz

Estado Zulia.