José Toro Hardy: ¿Nos tomó la decisión de la OPEP por sorpresa?

José Toro Hardy: ¿Nos tomó la decisión de la OPEP por sorpresa?

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La OPEP acaba de romper con su política de recortar producción cada vez que bajaban los precios del petróleo. Ya se les había pasado la mano. Excúsenme por citar unas frases de un artículo que escribí hace varios años en este mismo diario:

“Mientras más alto sea el precio del petróleo y más inseguro sea su suministro mayor  estímulo habrá para el desarrollo de tecnologías como el ”fracking” (fracturación de rocas en el subsuelo vía hidráulica) capaces de liberar los hidrocarburos que contienen estos esquistos. Tarde o temprano esto conducirá a una caída de los precios del petróleo y a una pérdida en la capacidad de la OPEP para controlar los precios”





El futuro ya nos alcanzó. En la actualidad los precios del petróleo caen de manera abrupta. Es el resultado no solamente de la desaceleración en la economía mundial, sino también del aumento de la producción en países No OPEP y muy particularmente del petróleo de esquisto o “lutitas petrolíferas” en los EEUU.

Algunos miembros de la organización, encabezados por Venezuela, pidieron un recorte de producción para que subieran los precios.  Pero otros miembros, entre ellos los países árabes del Golfo Pérsico (Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos Árabes, etc), ya no están dispuestos a hacerlo. Comprendieron que si recortaban la producción eso serviría para estimular la producción petrolera en los EEUU vía fracking o bien  estimular la producción  en otros países como Rusia, México o Brasil. Los países árabe antes mencionados representan más de la mitad de producción de la OPEP y se opusieron al recorte alegando que hay que acostumbrarse a precios bajos hasta tanto la propia caída de esos precios estimule la recuperación de la economía mundial, con lo cual el mercado se nivelará.

¿Cómo afecta esto a Venezuela? Lamentablemente seremos quizá el mayor perdedor. Por allá en 1997 se había creado el Fondo de estabilización Macroeconómica (FEM). Tenía por objeto capturar el excedente de ingresos cuando los precios del petróleo aumentasen por encima de determinado nivel, de manera que sólo pudiesen ser utilizados cuando los precios del petróleo cayesen por debajo de los esperado. Se trataba pues de un fondo “contracíclico”.

Al presidente Chávez, aquello no le gustó. Decidió desmontar el FEM   y crear el FONDEN. Este último capturaba también el excedente de ingresos petroleros, pero no para ahorrarlo sino para gastarlos al margen del Presupuesto Nacional. A diferencia del anterior, se trataba de un fondo “procíclico”, puesto que su objetivo era gastar  y no ahorrar con lo cual profundizaba el ciclo. No había entendido Chávez el mensaje bíblico de las vacas gordas y las vacas flacas.

Pues, llegó el momento de las vacas flacas y los silos están vacíos. Además, el rey está desnudo. El 96% de todos los dólares que le ingresan a Venezuela provienen del sector petrolero. El ingreso petrolero depende de dos variables: el volumen de la producción y el nivel de los precios. Ambos están cayendo. Ahora nos dice el presidente Maduro que el precio de la cesta venezolana ya ha caído en cerca de un 40%. No sabemos cuanto más puede disminuir.

¿Qué cabe esperar? Primero un grave déficit fiscal. Este año el déficit cerrará en torno al 20% del PIB. El año que viene será mucho mayor.

Segundo una fuerte inflación. Este año cerrará por encima del 70%. El año que viene podría llegar al 120% o más.  ¿Por qué? Porque aún en momentos de precios altos PDVSA presentaba un agudo déficit en su flujo de caja. Para auxiliarla, el BCV  (que perdió toda autonomía) emitía bolívares sin respaldo que se incorporaban al sistema monetario, lo cual condujo a que en el último año la masa de dinero que circula se haya prácticamente duplicado.  Muchos bolívares en el mercado tratando de comprar pocos bienes.  El año que viene será mucho peor.

Un tercer camino es que devalúen la moneda para obtener más bolívares por cada dólar obtenido. El resultado sería el mismo. Crecería la cantidad de bolívares que circula y presionará fuertemente los niveles de inflación.

Sin duda se verán también forzados a subir el precio de la gasolina, agravando así el impacto inflacionario.

Habrá menos dólares disponibles. Eso se traduce en menos dólares para importar materias primas e insumos, más escasez, incluso de alimentos y mayor contracción de la economía.

Caerá el PIB.

Por otra parte llegó el momento de reconocer que no se puede seguir auxiliando a otras naciones como Cuba, Nicaragua y el Caribe mediante financiamientos petroleros ultra generosos en momentos en que nuestro pueblo enfrentará a grandes apuros. Mientras los recursos abundaban nadie se preocupaba por ello. Pero ahora nadie lo toleraría.

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@josetorohardy