En segundo lugar, el mercado paralelo del dólar no existe formalmente sino más bien funciona un mercado negro con sede en Cúcuta donde se transan pesos, dólares y bolívares. La razón de este hecho estriba en que en mayo de 2010, el presidente Chávez, asesorado por Jorge Gioradni, acabó con el mercado regular y alternativo de divisas que funcionaba con permutas, totalmente visible y trasparente. Giordani, no solo desmanteló el mercado sino que hizo que metieran a la cárcel a los operadores cambiarios a quienes acusó de fomentar la devaluación del bolívar y la inflación. En ese tiempo, el dólar paralelo estaba a Bs. 8,0 y la inflación estaba en 28,0%. Hoy el dólar cuesta Bs.150 y la inflación se ubica en 75%. Claramente no fueron los operadores quienes causaron el problema.
En tercer lugar, un factor que está empujando al alza el dólar, o lo que es lo mismo, hundiendo al bolívar, es que el Directorio del BCV está manufacturando bolívares a granel, poniendo la imprenta de la Casa de la Moneda situada en Maracay a fabricar dinero sin respaldo. Es como tirar papelillos carentes de valor a la calle. Como la gente anticipa que los precios van a subir, busca protegerse comprando dólares. Mientras más dinero sin respaldo imprima el BCV menos valdrá el bolívar. En el fondo lo que está desplomando al bolívar es que el BCV se quedó sin reservas internacionales y no tiene como apoyar al bolívar.
Esto tiene que ver un hecho insólito y es la existencia de cuatro tasas de cambio para el dólar: una a Bs. 6,30, otra a Bs. 12,0, otra a Bs.50,0 y finalmente otra a Bs. 150,0. Esto es un absurdo monumental que propicia la corrupción de aquellos funcionarios que manejan y asignan las divisas. La reapertura de un mercado paralelo legal, gestionado por el BCV pasa a ser una opción inmediata para detener esta carrera alocada del bolívar hacia su destrucción. Pero para ello hay que aumentar la oferta de dólares en la economía y amarrarle las manos a Nelson Merentes para que no siga fabricando billetes de la nada, como lo viene haciendo el BCV actualmente. Se debe actuar ya. De otra manera veremos el espectáculo de un bolívar en el foso y con él la destrucción de la capacidad adquisitiva de los salarios.