Las calles de Maturín nuevamente se llenaron de compradores desesperados en búsqueda de los productos de primera necesidad.
En cada cola se escuchaban algunos comentarios como: “hay que comprar esta semana porque en la farmacia no llegará más pañales hasta febrero” o “me dijo un amigo que trabaja en el comercio tal, que no llegará más mercancía hasta el año que viene”.
Carmen Rodríguez, quien está en la última etapa de su embarazo contó que lleva dos meses metiéndose en colas para intentar comprar pañales para su bebé que pronto nacerá, pero hasta ahora no ha podido adquirir la mercancía.
Dijo que hay personas que hacen hasta un día de cola, además denunció que muchos de los que llegan a los comercios son revendedores.
“Las personas que de verdad necesitamos no podemos comprar pero los revendedores sí”.
Leonel Márquez dijo que ha pasado más de dos horas haciendo cola para comprar leche y harina.
Todos los años desde el mes de noviembre, las empresas distribuidoras de mercancía comienzan a cerrar sus puertas para realizar el inventario de productos que tendrán disponibles las fechas venideras.
También se registraron largas colas en las ventas de cauchos de las avenidas Bella Vista y Orinoco, lo que ocasionó congestionamiento del tráfico vehicular.
Volvieron los brazos marcados
Los números marcados en los brazos volvieron a los comercios de la ciudad.
Para intentar llevar un control de lo que se compra, algunas personas optan por realizar una lista o colocar números ya sea en cartón o plasmarlos en los brazos para evitar a los llamados coleados.
Eudys Márques comentó que ayer fue marcada con el número mil 500 en un comercio donde estaban vendiendo pañal.
“Cada vez que hago una cola o me marcan o me dan un cartoncito con un número para llevar un control”.