La ropa más barata es la mercancía rezagada

(foto Jhair Torres)
(foto Jhair Torres)

Las mesas de remates son las más populares en el centro de la ciudad. A donde se escucha el grito de “¡todo a 300!” se suelen ver varias manos tratando de buscar la mejor prenda. Alejados de la mercancía en oferta, el Callejón de los Pobres, del que se espera mucho tráfico de personas durante la temporada navideña, muestra sus pasillos medio vacíos. Jean Carlos Urbina, vendedor de jeans, es pesimista sobre sus ventas. “Esto está feo. Se vende poco, el pantalón más barato es de mil bolívares”. Comentó que el precio más bajo corresponde a la mercancía rezagada de temporadas anteriores. “Y porque tienen guardadas dos años”. laverdad.com / Faviana García

“A la gente como que no le alcanza el sueldo porque no hay vida. La mercancía está muy costosa, esta soledad nunca en la historia se había visto. Son las 11.00 de la mañana y no vendí ni un pantalón”, relató Jorge González, mientras sostenía un pantalón de mujer que costaba dos mil bolívares. Las blusas para dama también es otro golpe para el bolsillo de quien gana sueldo mínimo. Por una pieza sencilla, pero de vestir, se puede pagar desde mil 500 bolívares. Las más actuales y caras se encuentran en tres mil.

Sobregirados





Andrés Muñoz, taxista, esperaba a su esposa que aún cazaba una blusa económica para ella. “Los precios están carísimos. Estoy buscando un suéter para mí de 700 bolívares, pero no lo consigo, el más barato cuesta mil 500”. Comentó que destinó 12 mil bolívares para comprar “la pinta de diciembre”, pero no le alcanzó. “Eso solo es en pantalón, zapatos y ropa interior para mi esposa e hijo. Todavía falto yo”.

El Callejón de los Pobres es la opción más económica, aseguró Wendy Alba, ama de casa, que salió corriendo de un centro comercial de la ciudad cuando vio los precios. “Antes uno decía que eran los mismos precios que en los centros comerciales, pero este año no”. Destinó 10 mil bolívares para la ropa de su hijo, sospecha que será exclusivamente para vestirlo a él, porque las cuentas no le cuadran. Johendry Hernández, vendedor de ropa de niños, redondeó el gasto en tres mil bolívares en una franela y mono para los pequeños de la casa. “Las franelas para hombres están entre mil 500 y tres mil bolívares”.

La mercancía más económica son las rezagadas, de temporadas pasadas. Algunas pudieron estar guardadas por dos años en los depósitos.

“A mi me va mas o menos porque remato ropa a 300 bolívares, se me vende mucho. Si fuera por los pantalones que vendo no tuviera muchas ganancias”. Jackelin González. Comerciante