Inventan la comida imaginaria que hace perder peso

Foto: Ronald Evans, autor principal del nuevo estudio / xconomy.com
Foto: Ronald Evans, autor principal del nuevo estudio / xconomy.com

El medicamento creado ha sido bautizado como “fexaramine” y ha costado casi dos décadas de investigación producirlo.

En ellas, Evans y su equipo han estudiado el receptor X fernesoide (FXR, de sus siglas en inglés “Farnesoid X receptor”), una proteína que juega un papel en la forma en que el cuerpo libera ácidos biliares del hígado y digiere los alimentos, los azúcares y las grasas acumulados.

El cuerpo humano produce FXR al comienzo de las comidas. Esta proteína no sólo desencadena la liberación de ácidos biliares para la digestión, sino que además provoca cambios en el azúcar de la sangre y hace que el cuerpo queme grasas.





Las compañías farmacéuticas, con el objetivo de tratar la obesidad, la diabetes o enfermedades del hígado y del metabolismo, ya habían desarrollado fármacos sistémicos que activan el FXR. Pero se sabe que estos medicamentos afectan a varios órganos y tienen efectos secundarios.

Evans se preguntó si activando esta proteína solo en el intestino –en lugar de en intestinos, hígado, riñones y glándulas suprarrenales a la vez, como se suele hacer- podría tener un resultado diferente.

Así, él y su equipo se las han arreglado para crear una píldora que, suministrada por vía oral y solo una vez al día, actúa únicamente en el intestino, sin acceder al flujo sanguíneo y sin provocar efectos secundarios.

Resultados de las pruebas

En pruebas realizadas con ratones obesos, a los que se suministró una de estas píldoras al día durante cinco semanas, se demostró que los animales dejaron de ganar peso, perdieron grasa y redujeron el azúcar en sangre y los niveles de colesterol; en comparación con otros ratones en su misma condición, que no fueron tratados.

Además, los animales sometidos al tratamiento sufrieron un aumento de la temperatura corporal, lo que indica un aumento gradual de su metabolismo. Los resultados obtenidos, y el hecho de que los ratones no sufrieran efectos secundarios, hacen que las pruebas de este medicamento en humanos estén ahora más cerca.

El invento se aproxima asimismo por su rareza a otros métodos para adelgazar aparecidos en los últimos años, como la media hora diaria de exposición a luz matinal o la implantación de bacterias de personas delgadas a ratones obesos, para hacer que estos pierdan peso.

 

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