Pedro Vicente Castro Guillén: La harina PAN como significante político

Pedro Vicente Castro Guillén: La harina PAN como significante político

Pedro Vicente Castro GuillenLa grave situación del país en materia de abastecimiento general es de tal magnitud que la ausencia de harina pan en los anaqueles como emblemático representante de la carestía nacional, puede tomarse como el síntoma de la situación de crisis general del país.

Estamos sin duda alguna frente a una situación límite, tenemos una población en situación de virtual de pánico como consecuencia de la carestía y el desabastecimiento generalizado. El último índice suministrado por el BCV de desabastecimiento fue de 30%, el cual hoy debe haber superado con amplitud ese nivel, La cámara Venezolana de Farmacias reporta una escasez de medicinas de un 70%, lo que constituye una situación médica que podemos calificar de catastrófica respecto de la situación sanitaria general.

Y lo anterior son los efectos de superficie de la descomunal crisis económica que los economista llevamos varios años denunciando, pero que en el pasado inmediato fue ocultada por los altos precios del petróleo, y la hegemonía comunicacional del régimen, pero hoy llegamos al llegadero porque las colas y el sufrimiento humano que están provocando la elevada inflación y el desabastecimiento son inocultables, y el propio chavismo de a pie siente en carne viva la mordedura del descalabro económico.





Estamos ante una crisis política, económica, social, ética y cultura, es cierto como consecuencia de la instauración de un régimen autoritario de vocación totalitaria de inspiración castrista. De haber convertido a Venezuela en un experimento comunista financiado por el alto ingreso petrolero y por ende ser sometidos al despropósito de prácticas “económicas”, que han resultado en fracaso en todos los países en que han sido instrumentadas.

Hoy con una situación en que registramos al cierre del 2014 un índice inflacionario según el BCV de 60%, y estamos colocados al borde de una situación hiperinflacionaria (ya la tenemos en alimentos), con una situación de deuda externa cercana a los $300MM, un déficit presupuestario del orden de 15% del PIB, con severo desplome del precio de nuestra cesta petrolera, un aparato productivo público y privado devastado, con una situación de seguridad nacional interna que se le ha ido de las manos al Estado como el monopolio de la violencia legítima.

Es sin lugar a dudas  el momento de la política. Cuando la crisis del régimen ha llegado a un nivel tal, que ha fracturado la integridad del Estado, y no sabemos cuál es la verdadera cabeza del mismo, con un fuerte debilitamiento de la Magistratura Presidencial. Con los grupos del oficialismo abiertamente divididos en fracciones que se disputan el poder publicamente. Siendo extremadamente alto los riesgos de entrar en una barrera de caos y descontrol social como resultado de la condensación dramática de toda la problemática anteriormente presentada. Es sin duda la política la única esfera en que se pueden producir las decisiones y acciones para encontrar salida a la situación actual.

Aquí volvemos a la harina pan como significante político, Hoy todo depende de este significante, la recuperación de la paz y la tranquilidad y del regreso a una senda ya largo tiempo abandonada de crecimiento y desarrollo no sólo pasa por un cambio de gobierno, sino por un cambio de régimen. Cualquier nuevo esquema o planteamiento gubernamental que no garantice en un razonable corto plazo el abastecimiento general y la seguridad nacional, no podrá recuperar la estabilidad política del país y mucho menos garantizar que se regrese a un sistema garantista de gobierno y de recuperación de la institucionalidad democrática. Eso sólo lo logrará quien ponga harina pan en la mesa de los venezolanos en el corto próximo futuro.

Economista Historiador                  Profesor de La UCV  Dr. Pedro Vicente Castro Guillen