Hablan los venezolanos: la inflación nos tiene prácticamente asfixiados

Hablan los venezolanos: la inflación nos tiene prácticamente asfixiados

Inflacion

Escuchar frases como: “Todo está carísimo”, “No se puede comprar nada” o “Todo aumenta semanalmente” es cada vez más común en las calles. Diario El Tiempo

“Es que la inflación nos tiene prácticamente asfixiados. En diciembre quería comprar una cocina. Fui a comienzos de mes a la calle de los comercios y estaba en Bs 24 mil, dos semanas después, cuando me decidí a comprarla ya había aumentado dos mil 500 bolívares”, manifestó sin disimular su indignación el ama de casa Carmen Sifontes.





No podía entender cómo el mismo producto podía aumentar así de rápido, “Ni siquiera es que era mercancía nueva”, aseguró.

La queja del joven Gabriel Bolívar es por el incremento del costo de la cerveza. Sabe y aclara que no es un producto básico, pero como se trataba de diciembre las compraría para brindar.

“A comienzos de diciembre la caja de lata se conseguía en 550 bolívares, después subió a Bs 700 y ya para principios de enero la estaban vendiendo en mil bolívares”, dijo.
Manifestó entender la situación que existe por la no asignación de divisas, pero considera que también hay mucho abuso.

Abuso y especulación también acusó María Fernanda Olaya. “Es que aunque una no esté acuerdo con los constantes aumentos que sufren los alimentos, la ropa, los zapatos, y todo, se puede entender que muchos que negocian con esos productos tienen que importar y pagar más, además de cubrir los gastos propios del establecimiento que ocupan. Pero están esas personas que compran para revender, especialmente productos básicos que escasean, en hasta cinco veces más el valor marcado. Por lo demás, es horrible ver cómo un mismo producto cambia su precio de semana en semana y de acuerdo con el lugar donde se compra”.

“La situación está difícil y parece que se va a poner peor. En diciembre, el único sitio donde se podía medio comprar ropa era en Traki, de resto todo estaba por las nubes. Una blusa en un centro comercial costaba entre 3 y 4 mil bolívares, algo insólito”, comentó la analista Karelys Córdoba.

La mujer dijo que quedó sorprendida cuando vio, en una tienda, un teléfono inteligente Samsung en 100 mil bolívares, “un poquito más que eso fue lo que me costó mi carro hace tres años. No es posible que un celular cueste tan caro”, expresó.

La administradora Dayana Villarroel mencionó que en octubre adquirió pantalones para ella en Bs mil 200, y en diciembre estaban en tres mil bolívares .

Añadió que en el centro de Puerto La Cruz compró unos zapatos en Bs 900 y en un centro comercial de Nueva Barcelona los vio en casi tres mil bolívares. “La gente no se quiere ir del país, pero al final no va a quedar otra opción. No es posible que un paquete de pañal de recién nacido, de 20 unidades, lo vendan en Bs 400”, apuntó.

Para la trabajadora social María Torres, los más fuertes aumentos los han sufrido los alimentos. “Hace poco fui a comprar un pollo y me costó Bs 500 porque el kilo ya están Bs 150 y en noviembre se conseguía hasta en Bs 90”.

Señaló que en los supermercados no se consigue el ave a precio regulado, que es de Bs 43. “Tampoco tengo tiempo para hacer colas”.

El físico Romel Carl argumentó que el problema con los precios es que todo el mundo se aprovecha de que no hay mercancía. “Si la demanda es más grande que la oferta, los precios suben y si hay mucha oferta, bajan, esa es una regla simple de economía”.

2015: igual o peor 

El economista Henkel García indicó que el aumento tan frecuente de los precios se debe a desórdenes monetarios. “Uno podría decir que es especulación porque hay negocios que aumentan los precios a mayor ritmo que otros, pero eso depende de las expectativas que tenga cada comerciante. No es necesariamente mala intención”.

Agregó que una de las cosas que lleva a elevar los precios  con tanta frecuencia es que buena parte de los empresarios tienen como referencia para la reposición de su mercancía los indicadores del dólar paralelo, “y si este está subiendo de una manera dramática, entonces, ellos para poder renovar inventarios deben ajustar sus precios en esta misma medida”.

El economista aseveró que la incertidumbre que hay en el país puede jugar en las expectativas de la gente haciendo que incrementen precios unos más que otros, pero la causa fundamental son los desórdenes monetarios y fiscales.
“Hay una inflación que vamos a tener que vivir cuando tengamos que colocar el valor de equilibrio al dólar; cuál es ese valor, es difícil saberlo, pero podría estar alrededor de los Bs 60 o Bs 70, el asunto es qué hacemos después para mantener el equilibro”.

García acotó que debe haber disciplina fiscal (con un gobierno que gaste lo que realmente debería gastar) y disciplina monetaria, es decir, que el crecimiento de la cantidad de bolívares en la economía vaya acorde con la producción y productividad. “Si esto no ocurre, los desórdenes volverán a aparecer una vez que se haga el ajuste”.

Aclaró que todos los productos, o la gran mayoría, tienen en su línea de elaboración  algún material importado. Por ello  “una vez que se haga un ajuste cambiario como el que necesita Venezuela, vamos a ver un aumento significativo, sobre todo, en lo que es salud y alimentos. Eso es algo que no vamos a poder eludir”.

Con algo de  optimismo señaló que el país ha vivido situaciones similares en el pasado.  “Cuando se levantó Recadi (Régimen de Cambio Diferencial) vivimos un proceso inflacionario importante, pero después la inflación se fue reduciendo”.

 

Producción y divisas

Para el presidente de Fedecámaras-Anzoátegui, Remo Dimarcoantonio,  el principal problema es que no se consiguen muchos productos, “hay poca producción e importación”. Esa  distorsión económica se debe a que  “hay mucha diferencia en los tipos de cambio. Los controles no han funcionado”.

No se puede, dijo, tener tres tipos de cambio con tasas tan diferentes en una economía, pues la competencia es desigual. “Un comerciante que importa a Sicad II, no puede competir con uno que lo hace a precio de Sicad I”.

Dimarcoantonio aseveró que la solución a las dificultades económicas que enfrenta el país  es compleja. “Tenemos que sentarnos a estructurar el modelo económico que es bastante complejo y se debe revisar el tema cambiario”.
Reiteró la necesidad y la urgencia de reactivar el aparato productivo del país y generar confianza. “Hay que importar lo menos posible”.

Respecto a los aumentos constantes en los productos, indicó que se dan mayormente en el sector informal, pues actualmente en el país rige una ley de costos y precios justos y no debe haber alzas tan bruscas en las mercancías.

En lo referente a las inspecciones que realiza constantemente la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio Económicos (Sundde), expresó que los controles tienen que existir, “el problema es la manera cómo se apliquen, porque se deben respetar los derechos de los comerciantes también”.

Cifras negativas

Según las últimas cifras aportadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), en el mes de noviembre la inflación acumulada se ubicó en 60,1 %,  mientras que la anualizada  alcanzó 63,6 %.

Con esta cifra Venezuela estaría entre la inflación más alta de Latinoamérica  y el mundo. Le sigue Argentina con  24,2 %.

Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) no son nada alentadoras, pues estiman que durante 2015 continuará la crisis en suelo criollo.

Para algunas personas la situación del país se debe a empresarios inescrupulosos que especulan,  otros lo atribuyen a la falta de acceso a las divisas a precio oficial, lo que obliga a los comerciantes a comprar a precio de dólar paralelo que varía regularmente, ya que la mayoría de los productos en Venezuela son importados.

Lo cierto es que la nación atraviesa una de las peores crisis de su historia que podría agravarse por la baja en los precios del petróleo.