Consumidores peregrinan por artículos de primera necesidad

Consumidores peregrinan por artículos de primera necesidad

(foto Omar Hernández)
(foto Omar Hernández)

Una forma de vida, eso se han vuelto las colas para adquirir productos de la cesta básica. Sin embargo, algunos rechazan esa manera de obtener los artículos necesarios para el hogar. La realidad es que las filas se mantienen en los expendios de alimentos en el estado Táchira, ya sea adentro o afuera, y esta situación se constató este sábado. lanacion.com.ve / Mariana Contreras

Entrar a un supermercado y pasar directo a la caja es cosa del pasado. Muchos consumidores, debido al trabajo, emplean los días libres o de descanso para peregrinar en busca de los productos regulados, y es que no todos los artículos se consiguen en un mismo comercio. De ahí la obligación de visitar por lo menos tres establecimientos en aras de completar el mercado, como le ocurrió a Jacinta Suárez, quien se encontraba en la parte alta de la ciudad.

—Este es el tercer supermercado al que voy, me levanté muy temprano con mi esposo. La meta conseguir papel higiénico y detergente. Ya estoy haciendo la cola para papel y creo que coronamos porque están vendiendo Rosal de 12 rollos—, dijo, mientras su esposo verificaba cuántas personas dejaban ingresar, qué productos había y si alcanzarían para los que estaban en fila.





Allí las personas salían con bolsas contentivas de harina Pan, mayonesa, aceite, mantequilla, toallas sanitarias y, por supuesto, su paquete de papel higiénico. “La cola corre rápido para entrar, pero para pagar se demora uno más. Me voy feliz y a buscar detergente y champú en otro lado, a vez si corro con suerte”, expresó Clara Méndez.

En su recorrido por otros supermercados de la ciudad, se constató que pocos se encontraban abarrotados de personas a la caza de algún producto, y otros estaban vacíos debido a la falta de regulados. No obstante, había personas en los alrededores, esperando por si procedían a sacar algún producto. Caso de Farmatodo (viaducto nuevo), donde llegó una gandola y la gente se agolpó en espera de que sacaran los productos.

Hasta horas del mediodía solo estaban vendiendo papel Caricias de cuatro rollos. Para la familia Hernández el día fue productivo, ya que consiguieron detergente Rindex de un kilo (vendieron dos por persona), jabón las Llaves, mayonesa Mavesa, mantequilla Mavesa, compotas y pañales talla G. “Nos vinimos todos (alrededor de seis personas) a comprar, porque si conseguimos regulados condicionan la venta.

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