El chavismo llega a España de manos de Podemos

(Foto EFE)
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El ascendente partido es acusado de impulsar el modelo venezolano en España, reseña  The Wall Street Journal en un extenso reportaje realizado por David Román, titulado “El partido español de izquierda Podemos y el doble filo del lazo chavista”.





Hacia el final de su presidencia en Venezuela, Hugo Chávez le dijo a un profesor español que le “alegraba mucho” el movimiento encabezado por jóvenes que ocupó brevemente el centro de Madrid para protestar contra la corrupción y la austeridad impuesta por el gobierno. Lo que necesitaba la España en recesión, dijo, era que “una auténtica democracia” reemplazara su sistema “capitalista”.

Su invitado, Juan Carlos Monedero, afirmó durante la charla que estaba completamente de acuerdo. Venezuela es un “referente” de revolución socialista, le dijo a Chávez, y Europa está comenzando a ver su ejemplo.

Casi cuatro años más tarde, Chávez falleció y Venezuela está inmersa en un caos económico. Pero en España, un nuevo partido de extrema izquierda encabezado por Monedero y otros políticos ligados al movimiento chavista ha llegado a la cima de las encuestas de opinión a menos de un año de las elecciones nacionales, desafiando al establecimiento. La nueva agrupación, Podemos, propone expandir las facultades del Estado con algunas de las recetas que adoptó Chávez en Venezuela.

Los rivales han usado esos lazos para describir a Podemos como el fantasma de Chávez, advirtiendo que socavaría la democracia y la economía de España con un régimen de populismo autoritario. Los líderes del partido lo niegan y se describen a sí mismos como jóvenes insurgentes contra una “casta” consolidada de políticos corruptos que buscan su propio beneficio.

El ascenso de Podemos desde la periferia política tiene un paralelo con el de Syriza, una coalición de izquierda que superó a los partidos tradicionales de Grecia para ganar las elecciones nacionales en enero. Apelando a electores frustrados con el alto desempleo, ambos partidos rechazan las políticas que prevalecen en la zona euro y que requieren una dura austeridad económica para cumplir con las exigencias de los acreedores. A fines del mes pasado, Podemos convocó a por lo menos 100.000 seguidores en Madrid, en la mayor manifestación contra la austeridad celebrada en años en España.

Los principales partidos gobernantes de Europa también son acosados desde la derecha. Agrupaciones nacionalistas y antiinmigración encabezaron encuestas recientes en Francia, Holanda y Austria, y están creciendo en el Reino Unido y otros países, en respuesta a preocupaciones sobre el terrorismo y la influencia del islam en sus sociedades.

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Fundado hace un año, Podemos es encabezado por Monedero, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, politólogos con conocimientos tecnológicos que han aprovechado lo que quedaba de un movimiento popular espontáneo que surgió y se diluyó aquí en 2011 en medio de la crisis financiera. Los tres se desempeñaron como asesores del régimen chavista.

Si se mantienen las actuales tendencias de las encuestas, Podemos podría estar en una posición sólida para ensamblar una coalición de gobierno con partidos más pequeños tras las elecciones que se celebrarán a fin de año.

Sus líderes proponen una renegociación de la enorme deuda de España, mayores subsidios para los pobres, una semana laboral de 35 horas, prohibir a las empresas rentables realizar despidos, restaurar un sistema de salud completamente estatal y un mayor control del Estado sobre industrias estratégicas como la banca y los medios de comunicación.

El partido quiere desafiar la situación institucional que rige desde la transición a la democracia en España tras la muerte del general Francisco Franco en 1975. Los líderes de Podemos afirman que están a favor de dejar sin efecto una amnistía por los crímenes políticos cometidos durante la dictadura de Franco y esperan someter al voto popular el futuro de la monarquía y la membresía de España en la OTAN. El grupo pide una amplia revisión de la Constitución española de 1978 y considera una enmienda que permita que las regiones españolas se independicen si así lo deciden sus votantes.

La democracia española después de Franco no es ajena a los desafíos de la extrema izquierda. Pero esta vez la diferencia es que el reto sea aplaudido abiertamente por un gobierno extranjero.

El embajador de Venezuela en Madrid, Mario Isea, les dijo a legisladores de su país en noviembre que Podemos podía convertir a España en “un fuerte aliado de Venezuela” y “una plataforma de difusión” en Europa del chavismo, la ideología socialista y antiestadounidense propagada por Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro.

Las declaraciones, junto con la petición del gobierno español de liberación del encarcelado dirigente opositor Leopoldo López en Venezuela han tensado las relaciones entre ambos países.

Los dos principales partidos que se han turnado al frente del gobierno desde 1982 marcan como señal de alerta la conexión de Podemos con Venezuela.

“Este tipo de partidos políticos, que se basan en la demagogia, en el populismo (…) son muy peligrosos para el sistema y para la democracia”, dijo María Dolores de Cospedal, número dos del gobernante Partido Popular. Pedro Sánchez, líder del opositor Partido Socialista, desafió a los líderes de Podemos a “explicar si defienden el régimen de Chávez y de Venezuela”.

En respuesta, Podemos ha dado marcha atrás con las declaraciones llenas de elogios hacia Venezuela que solían realizar y ahora minimiza su asociación con el país latinoamericano.

“No hay nada que traería de Venezuela a España… ¿Qué pueden enseñarnos que no tengamos?” dijo Monedero en una entrevista.

Luego de ser elegido como líder del partido en noviembre, Iglesias, de 36 años, afirmó que sus propuestas “serían aceptadas por cualquier socialdemocracia”. Citó a Dinamarca como modelo y no mencionó a Venezuela, un país acosado por cierres de fábricas, escasez de alimentos y la inflación más alta del mundo.

Sin embargo, los principales dirigentes del partido están marcados por la ideología chavista. Durante años, defendieron la remodelación autoritaria de Venezuela y la supresión de los medios opositores, adoptaron sus métodos de organización de base y se beneficiaron de su generosidad.

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Monedero, de 52 años, principal vocero y número dos de Podemos, ha sido el más involucrado. Fue capacitado en Venezuela para impartir el chavismo en España, según William Izarra, quien ayudó a darle forma a esa ideología como confidente de Chávez. “Esta es una necesidad esencial de la revolución bolivariana, fomentar movimientos sociales internacionales que estén identificados plenamente con nosotros en contra del imperio”, dijo Izarra en una entrevista.

Monedero conoció a Chávez en 2002. Llegó a Venezuela como un “turista revolucionario” deslumbrado por el presidente, afirmó Heinz Dieterich, un asesor alemán del régimen. “Se integró de pleno a la tribu de los intelectuales cortesanos”.

Chávez, ex militar, había llegado al gobierno en 1998 en medio de una marea de descontento ciudadano con la corrupción de dos partidos que se habían turnado para gobernar Venezuela durante 40 años. En 1999 consiguió el respaldo de los votantes para una nueva constitución que le permitía en algunas ocasiones gobernar por decreto, y luego lanzó una serie de programas sociales de educación, salud y bienestar dirigidos a la población venezolana de menores recursos y financiados con la riqueza petrolera del país.

Dos mentores españoles de Monedero, profesores de la Universidad de Valencia en España, ayudaron a redactar la Constitución. Monedero afirmó que desarrolló un lazo personal con Chávez luego de que militares rebeldes lo marginaran del poder durante 48 horas en 2002. El español movilizó a los partidos de izquierda en su país para denunciar el golpe, que no tuvo éxito.

El político dividía su tiempo entre Madrid y Caracas y a menudo aparecía en la televisión estatal venezolana. Entre 2006 y 2009 trabajó para el centro de estudios Miranda, con sede en la capital venezolana, creado por el gobierno para asesorar a sus líderes. Monedero viajó por todo Venezuela para monitorear los programas sociales de Chávez, presentándolos en la TV de ese país como “la senda política que debería seguir el sur de Europa” para apuntalar el Estado de bienestar.

Monedero aseguró que le pagaron 425.000 euros extra por ayudar durante 2010 al régimen de Chávez y los gobiernos aliados de Bolivia, Ecuador y Nicaragua a desarrollar una propuesta para una moneda única latinoamericana.

Iglesias, un ex comunista que en 2012 calificó a Venezuela como “una de las democracias más saludables del mundo”, estableció un lazo separado con el régimen. En 2008 se sumó a la junta del Centro de Estudios Políticos y Sociales (CEPS) de Madrid, que menciona al gobierno de Venezuela como fuente de más de 60% de sus ingresos entre 2004 y 2012. Errejón pasó a integrar la junta en 2013. Junto a Iglesias, quien afirmó que viajaban a Venezuela con frecuencia, se retiraron del directorio el año pasado luego de ser elegidos como miembros del Parlamento Europeo.

El CEPS es encabezado por Alberto Montero, miembro y asesor económico de Podemos. Documentos presentados ante el gobierno español y a los que tuvo acceso The Wall Street Journal enumeran 3,7 millones de euros en pagos del gobierno venezolano al CEPS para proyectos como relaciones públicas para los programas de Chávez, el diseño de políticas laborales y la realización de encuestas de opinión en Venezuela.

Directivos de Podemos afirman que el partido depende de una financiación colectiva y que nunca ha recibido dinero del CEPS.

En 2013, luego de la muerte de Chávez, Monedero consiguió una promesa de 200.000 euros de Venezuela para ayudarlo a comprar el Canal 33 de Madrid que televisaba un programa político de Iglesias, según Enrique Riobóo, dueño de la estación. El programa ha servido como plataforma para difundir las opiniones de Iglesias, incluida una defensa de las medidas de Chávez como cerrar o tomar el control de medios críticos de su gobierno.

Riobóo afirmó que rechazó la oferta respaldada por Venezuela por considerarla insuficiente. Agregó que Monedero le había pedido 1,2 millones de euros al gobierno de Maduro y se sentía defraudado. Monedero no quiso comentar al respecto.

Los venezolanos que conocen a los fundadores de Podemos sostienen que les sorprenden los paralelos entre el ascenso del partido español y el de Chávez en los años 90. “Las similitudes entre el fin del sistema bipartidista en Venezuela en los años 90 y lo que ocurre ahora en España son escalofriantes”, aseguró Roberto Giusti, un periodista venezolano y crítico del régimen.

Los miembros de base de Podemos rechazan la comparación y afirman que no se habla de Venezuela en las reuniones del partido ni en sus documentos. “Lo vemos como un ataque, no una crítica legítima”, dijo Paco Fornieles, un contador que participa en uno de los aproximadamente 500 círculos del partido.

Los círculos se parecen a entidades de base en Venezuela creadas y financiadas por el régimen de Chávez. Monedero una vez describió los círculos venezolanos, que Chávez consultaba sobre temas de políticas mientras eludía al Congreso, como “democracia verdadera y directa” que le da poder al ciudadano común de una forma que no es posible con los partidos políticos tradicionales de España.

José Pablo Ferrándiz, investigador principal de la encuestadora española Metroscopia, dijo que la asociación de Podemos con Venezuela no lo ha perjudicado porque sus partidarios se sienten motivados principalmente por su disgusto con la política tradicional española.

La popularidad de Podemos ha crecido enormemente desde que en mayo pasado consiguió 8% de los votos españoles para los representantes ante el Parlamento Europeo, su primera prueba electoral. Encuestas recientes muestran que tiene el apoyo de alrededor de 25% del electorado, por delante de todos los rivales en algunas encuestas y apenas por detrás de los conservadores en otras.

Votantes entrevistados en Madrid recientemente afirmaron que las diferencias entre España y Venezuela son demasiado amplias como para imaginar un régimen al estilo chavista aquí. España adoptó la democracia parlamentaria tras la muerte del general Franco y no posee la riqueza petrolera para lanzar costosos programas populistas. Por otro lado, las reglas de la Unión Europea dificultarían que Podemos lleve a cabo algunas de sus propuestas económicas, como prohibir los despidos y nacionalizar la banca.

“Habría que decir esto sí como en Venezuela, esto no como en Venezuela”, dijo Carlos Bravo, de 38 años, un ejecutivo de Madrid que dice que está tan hastiado con los escándalos de corrupción política que probablemente vote por Podemos.

El partido revela pocos detalles de cómo financiaría los programas económicos sin descarrilar la recuperación económica de España tras la recesión. Algunos economistas sostienen que el programa, si se pone en marcha, podría alarmar a los mercados financieros y elevar los costos de financiación de España hasta niveles prohibitivos, llevando al país hacia la cesación de pagos y la posibilidad de una salida de la zona euro.

Monedero dijo que Podemos, al igual que Syriza en Grecia, no se opone a ser miembro de la unión monetaria de 19 países siempre y cuando sus políticas de austeridad fiscal se flexibilicen para estimular el crecimiento. Monedero, quien suele comparar el liderazgo alemán en las políticas de la zona euro con el Tercer Reich de Hitler, sostuvo: “Estamos sometidos a una dictadura alemana”.

El alza del partido en las encuestas ha enmarcado las primeras maniobras en anticipación a las elecciones parlamentarias de fines de año. Los rivales ya no hablan despectivamente de Podemos, como hace unos meses.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, elegido en 2011 y quien busca la reelección, ha puesto el énfasis en la recuperación económica en los últimos 18 meses y predice “un despegue definitivo” este año. Rajoy ha defendido el dominio de dos partidos en España, al advertir que un emprendimiento nuevo quiere “tirar por la borda” la estabilidad que ha logrado España desde la dictadura.

No obstante, el Partido Popular de Rajoy perderá su mayoría parlamentaria si no recupera la popularidad. Encuestas recientes muestran que lo apoyan apenas 21% de los electores, una caída frente al 44% registrado en las elecciones de 2011 . Su gestión ha sido afectada por el alto desempleo —23,7%, el mayor en la zona euro después de Grecia— y por recordatorios de la corrupción durante el auge económico antes de la crisis de 2008. Se prevé que la hermana menor del rey Felipe VI y decenas de ex funcionarios del partido gobernante vayan a juicio este año en dos casos de corrupción separados.

Podemos podría perfilarse como un negociador capaz de aglutinar una mayoría gobernante con los socialistas y partidos de izquierda más pequeños, según Antonio Roldán, analista de la consultora de riesgo internacional Eurasia Group. La postura flexible de Podemos sobre la secesión de autonomías regionales, dijo, podría conseguir el apoyo de partidos nacionalistas en Cataluña y el País Vasco.

“Hay razones para creer que Podemos no va para abajo…”, dijo. “Si se mantiene, se convertirá en la fuerza de referencia de la izquierda, capaz de pactar en muchas direcciones”.