José Machillanda: Bendita sea la bala que mató a Zamora

José Machillanda: Bendita sea la bala que mató a Zamora

¡Bendita sea la bala que mató a Zamora! fue la sentencia de Juan Vicente González dieciséis días después de la muerte del federalista Ezequiel Zamora, conocido revolucionario de la Guerra Federal. Hoy, en Venezuela se oye un eco que afirma “Malditas sean las balas” que salidas de las bocas de fuego de organizaciones armadas, policiales y colectivos armados del Régimen, destrozan vidas de jóvenes y con ello sus familias que ven morir hombres heroicos, que en su afán por la democracia salen a protestar amparados por la Constitución vigente.

¡Malditas sean las balas! que la Resolución 8610 potencia, maldita sean las balas que soportan la militarización de la política y la presencia de grupos colectivos armados que junto con los grupos de la delincuencia, y la falta de adiestramiento de hombres armados, accionan en contra de jóvenes estudiantes, jóvenes comprometidos por su amor a la libertad. Este Régimen apoyado por la fuerza y la violencia desconoce los Derechos Humanos, viola la Constitución y emplea fuerzas militares con operaciones armadas para contener la oposición política.

¡Esas malditas balas asesinas! con las que han enlutado a Venezuela y serán recogidas por los historiadores como una expresión de la mayor vergüenza y desgracia de un país del Siglo XXI, gobernado por un claque militarista comunista. Claque  política a la cual se le hace imposible comprender que el ejercicio de poder tiene límites, que los conflictos ciudadanos se resuelven a través del diálogo, que a los venezolanos del Siglo XXI no podrá destruírsele  su gen democrático por parte de la barbarie militarista y que el luto, aflicción y dolor que sufren las madres de familia y la sociedad venezolana se convertirá en la energía para alcanzar la democratización del país.

El Régimen, su militarización y la 8610 que ampara la violencia, son el percutor para la brutalidad política, la bravuconada militar y el abuso policial frente a una sociedad en dónde quienes protestan son calificados inmediato como enemigo. Todo ello como consecuencia del discurso conflictivo y perverso del Gobierno, y en consecuencia al enemigo hay que destruirlo por cuanto no piensa y siente como los comunistas del Régimen y sobre todo… porque se niegan a aceptar la barbarie y la fuerza que se le trate de imponer.

Carecen los hombres armados del Régimen de ética de compromiso y ética militar, son grupos al servicio de un Régimen autocrático militarista ideologizado, penetrado por Cuba, convencido de que a Venezuela la van a doblegar como ocurrió hace 52 años en esa Isla. Esas organizaciones armadas, sin ética ni cuerpo de valores están dominadas por un proceso de cooptación y corrupción que lo muestra la lista Clinton, en donde se verifica una estrecha vinculación de las organizaciones armadas con el narcotráfico. Obvio, para estos hombres armados y de mente desviada y de accionar ligero les queda grande aceptar el gen democrático del venezolano.

El Régimen y sus grupos armados más su fuego a discreción, no pueden entender la protesta y el gen democrático del venezolano, pero, además su inmancable decisión de reorientar al país hacia una Democracia. Régimen autoritario truncado y perverso que es controlado por una ideología contraria al gentilicio venezolano, primitivos y bárbaros en el poder que no entienden ni les duele el luto y el dolor de familias enteras ante la pérdida de un hijo, hijos que representan el porvenir de una Venezuela decente en dónde prevalezca el imperio de la ley y la ética.

¡Malditas sean las balas! que hoy en recta justicia deberían responder por más de los 43 muertos encarcelados y perseguidos políticos, que desnudan un Régimen asustado y atolondrado ante la presencia y acción de recias protestas civilistas. Las balas asesinas y la fuerza bruta armada jamás detendrán la posibilidad democrática del país. Los muertos por manos de la barbarie e irracionalidad y miedo del Régimen, serán causa para que el ciudadano en ejercicio del poder plano resista y venza al primitivismo de la dictadura militarista radical.

¡Malditas sean las balas! que surgidas de fusiles, escopetas y pistolas compradas para la defensa de la República, amedrentan hoy a la generación del Siglo XXI que tiene la convicción y lucha por una Venezuela democrática. Seguramente, estos grupos armados desconocen de los Derechos Humanos, tienen la Constitución pero, no la leen ni la entienden y desconocen el gentilicio y decencia de la familia venezolana. Esas balas asesinas son sus primeras acusadores ante la historia, la ley y la sociedad.

¡Malditas sean las balas! de los tiro-loco apoyados por este Régimen que permite bajo el concepto de fuego a discreción, que se masacre a la juventud noble de este país. Su violencia, su radicalismo e incapacidad los obnubila y su repetición de que nadie los sacará del poder todavía… les parece cierta. Esas malditas balas han hecho que hasta… el Santo Padre, el Papa, haya rogado por la paz de Venezuela frente a un Gobierno irresponsable que mas temprano que tarde estará ante un tribunal para que responda por su desacato y locura.

¡Las malditas balas de militares, policías y colectivos! que han segado vidas terminaran por perfilar a este Régimen primitivo como un Régimen anacrónico, atrasado y fracasado que muestra en este momento histórico a la Venezuela Cuartel.

 

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