Julio César Arreaza B.: Democratización del petróleo

Julio César Arreaza B.: Democratización del petróleo

thumbnailjuliocesararreazaAsí como la sociedad civil le ha tocado enfrentarse a la la promoción del odio social y la escalada represiva contra la disidencia, al mismo tiempo ha presentado al país programas alternativos al caos imperante.

Es el caso de la propuesta de Visión Emergente en 2007, ahora asumida con vigor por el Centro Popular de Formación Ciudadana, sobre la democratización del petróleo, un cambio estructural.

El ingreso petrolero durante los primeros 20 años de la nacionalización petrolera alcanzó unos 250 mil millones de dólares, mientras que en los últimos 15 años supera los 800 mil millones de dólares.





En sus primeros 20 años PDVSA fue una empresa eficiente y extremadamente auditada, llegando a ocupar el segundo sitial de las mejores empresas de su tipo en el mundo. Todo lo contrario sucede con la venida a menos empresa roja rojita, como se evidencia en sus balances contables, en su producción alicaída, en su índice de accidentes record por falta de mantenimiento y pericia, y su feroz endeudamiento.

Se puede observar un manejo menos eficiente de esos recursos por parte de los diferentes gobiernos con respecto a los de los primeros 50 años de explotación petrolera, cuando el país experimentó un crecimiento sostenido, un tipo de cambio estable y baja inflación. Allí está la medula del asunto, el punto de inflexión, finales de los años 70, en el que el país comenzó a deteriorarse abruptamente, transformándose en pobreza la inmensa riqueza petrolera.

La PDVSA previa a Chávez fue una empresa bien administrada que cumplió con proveer los recursos a los gobiernos de turno, siendo éstos los responsables de su mala administración. Chávez no sólo mal administró, sino que convirtió a PDVSA en caja negra y chica del régimen, como nunca había ocurrido.

Corresponde darle un giro constitucional a la nacionalización- estatificación del petróleo, dejando de ser una riqueza del Estado y pasando a ser propiedad de los venezolanos de carne y hueso, sus verdaderos dueños.

El petróleo generaría desarrollo humano y crecimiento económico a través de esquemas modernos de participación en el capital accionario de PDVSA y en fondos sociales financiados por ésta. Cesaría el control político del gobierno y la empresa funcionaría mediante incentivos que propicien el mayor rendimiento económico posible a sus verdaderos dueños. El “cesta ticket petrolero”, en manos del pueblo sólo pudiera ser gastado en servicios privados de educación, salud, adquisición de alimentos y vivienda.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!