Armando Martini Pietri: ¿Qué pasará en la Cumbre de las Américas?

thumbnailArmandoMartiniPietriLa Cumbre de las Américas es un foro importante para discutir problemas y establecer estrategias inherentes a Latinoamérica y el futuro de la región, principalmente en materia de desarrollo y donde los temas ideológicos tienen muy poca o ninguna cabida. Por ejemplo: el trance entre Bolivia y Chile sobre la salida al mar del primero; Argentina su jurisdicción y soberanía sobre las Malvinas; la independencia de Puerto Rico; el conflicto Guyana Venezuela en fin. Sin embargo como siempre no pasaría de ser un encuentro más, como suele ser la costumbre en estas reuniones ampliadas que nada dejan y que mucho decepcionan.

No obstante en esta oportunidad la reunión reviste características interesantes. Por primera vez participa Cuba con el ingrediente del inicio del restablecimiento de relaciones con su vecino y enemigo de los últimos 60 años. Otro plato fuerte de la cumbre será la obligación en fijar posición ante el señalamiento del Presidente Barack Obama de por qué el régimen venezolano representa un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. Es de señalar que a horas de la llegada de Obama a Panamá, ya importantes funcionarios de Washington han hecho “casuales” declaraciones quitándole caña a la profundidad de la orden ejecutiva presidencial que calificó a Venezuela de peligrosa; de paso, tratando de dejar a la alharaca de Maduro y varios gobiernos respecto a la supuesta agresión contra Venezuela, dejando así sin muchas bases los millones de firmas que Maduro amenaza cargar hasta la capital panameña.

Todo ello condimentado en la VII Cumbre de las Américas por participaciones de opositores tanto de Venezuela como de Cuba, y no debería extrañar la súbita aparición de algún gringo ansioso de dejar a su país y su Gobierno en la estacada, lo del imperialismo yanqui y la auto victimización latinoamericana se lo han tragado unos cuantos intelectuales norteamericanos que, igual que los de estos predios sureños, viven de becas y ayudas oficiales.





En el caso venezolano la representación la tendrán Lilian Tintori de López y Mitzy Capriles de Ledezma que serán sin duda, la gran atracción. Ya han estado llegando representantes de la disidencia cubana y muchos venezolanos pro Maduro gracias a la generosidad de Conviasa y del Gobierno.

La estrategia del Presidente venezolano es obvia y hasta telegrafiada. Utilizará la clásica y ya fastidiosa respuesta anti-imperialista combinada con patrioterismo a la fuerza y la amenaza externa de invasión para justificar sus poderes habilitantes, la militarización y la represión. La verborrea anti yanqui y el “yanqui go home” y “Venezuela is no a threat we are hope”, serán los slogans publicitarios venezolanos. Realizará un show mediático y llevará las firmas, no sólo las acopiadas en Venezuela sino también en el exterior. Entregará las diferentes resoluciones de apoyo de los organismos internacionales –Unasur, Mercosur, Alba, y de países interesadamente amigos como Rusia y China. Con seguridad obsequiará los videos de multitudes reunidas rechazando la resolución y la votación en la Asamblea Nacional con Ricardo Sánchez a mano alzada y la carta del Gobernador de Lara Henry Falcón. Lo difícil será que pueda acercarse a conversar con Obama para exigirle rectificaciones. Pero no debe descartarse del todo porque hasta el representante de Dios ha estado influyendo.

A lo interno todas estas acciones buscan crear confusión y prefabricar la ilusión de que el país está resuelto a sacrificarse en el empeño heroico y espartano de defender la patria en riesgo de ser invadida militarmente por el ejército imperialista. Un esfuerzo que hay que reconocerle a los chavistas que no piensan sino que obedecen, pero que también fortalece que opositores que en realidad con mayor o menor conciencia y pragmatismo condenen la declaración del obamera ante el temor de que en realidad le esté haciendo el favor a Maduro de que pueda aprovechar la exacerbación del conflicto para obtener ventajas en las próximas elecciones parlamentarias, o quizás postergarlas.

El error -¿ignorancia e incompetencia diplomáticas tradicionales del chavismo?- está en subestimar la habilidad norteamericana y ponerla a la par de la viveza latinoamericana, lo cual será de las sandeces más grandes que se puedan cometer. “Los gringos no dan puntada sin dedal”, adaptación apropiada del siempre sabio refranero popular.

El Presidente afroamericano llegará a Panamá –tras una peligrosa (para Venezuela) escala en el Caribe –Jamaica-, cargado de documentos con pruebas, denuncias y hasta testimonios de antiguos partícipes del régimen venezolano, para exponerlos y evidenciar ante los participantes de la Cumbre el lavado de dinero, el robo masivo del erario público, los atropellos a los derechos humanos, las violaciones a la ley, las conexiones internacionales con los países de dudosa reputación, los vínculos con los carteles de la droga, relaciones con el terrorismo y diversos etcéteras que, de comprobarse con fundamentos contundentes su veracidad, pueden, si no alterar sí al menos perturbar las posiciones de algunos delegados. Llegará también, a poco que las cosas le vayan bien en Jamaica, con un mayor control de los votos caribeños por los cuales Hugo Chávez luchó, comprometió y sacrificó tanto, entre dólares, petróleo y los derechos venezolanos en el Esequibo.

Indubitablemente Obama –acompañado por su Secretario de Estado y diplomáticos expertos- dejará muy claro a los participantes de la Cumbre que no habrá ninguna invasión militar y que su propósito es alertar a los países amigos de la gravedad y peligro que significan los actuales gobernantes venezolanos y sus relaciones para la seguridad y tranquilidad de la región.

No obstante el afroamericano Presidente no perderá la oportunidad para reunirse con otros jefes de estado y también con opositores de los regímenes cubano y venezolano, ocasión que ninguno debe dejar pasar para exteriorizar sus denuncias e inquietudes. El mundo estará viendo y sobretodo leyendo y escuchando cómo el cruel, cínico, poderoso y avispado imperio va desmantelando las simpatías latinoamericanos por la ya bastante deteriorada revolución una vez socialista y chavista, hoy arrinconada en el madurismo.

La perseverancia oficialista en el despropósito antidemocrático de su gestión ha venido derrumbando el respaldo de la dudosa complicidad que mantenía al régimen a salvaguarda ante Latinoamérica y Europa. Así las cosas, la celebración en Panamá de la VII Cumbre de las Américas, escenario que el presidente venezolano contempla como una ocasión para acorralar a su enemigo, pudiera no serle tan favorable y finalizar siendo todo lo contrario.

El dilema existencial entre la solidaridad y la conveniencia puede afectar la correlación de fuerzas en la región en contra de la posición venezolana. Por aquello de: o se apoya a Venezuela o al imperio yanqui. Es decir, optar entre un país que se empobrece aceleradamente y sólo actúa con ceguera económica y violencia represora política, y la primera potencia económica mundial que, además, está tendiendo la mano –para empezar, a Cuba y al Caribe, y por esa mano podrían colarse otros interesados.
En consecuencia la interrogante que emerge es ¿hasta qué punto están dispuestos los presidentes de América Latina y el Caribe a enfrentar a Estados Unidos por defender la supuesta soberanía amenazada de Venezuela? En nuestra opinión, no pasarán, ni siquiera los cómplices y los que chupan, de palabrería diplomática.

En todo caso, los países de América Latina no ignoran -como hasta ahora- la situación de infortunio que padece Venezuela, no sólo con una complicadísima situación política, social y económica interna, sino con una carencia de fondos que ya no le permite al oficialismo continuar su misión de beneficencia latina y caribeña, política deliberada de Hugo Chávez que fluctuaba entre ingenuidad e ignorancia, y posición de amigo con derechos.

En consecuencia, buena parte de la región se verá obligada a renunciar en Panamá a la agradable, confortable y placentera posición del desapego de la realidad. Se deberá asumir un compromiso, el que sea y con todas sus consecuencias, sobre la democracia en Venezuela y sobre las relaciones presentes y futuras de América Latina con Washington. Mucho de ello está ya discutido, acordado y escrito, la diplomacia trabaja todos los días y las Cumbres son sólo para firmar lo que se acordó silenciosamente.

El recurso del Presidente Maduro para ahorrarse –si fuera el caso- una vergonzosa y costosa derrota diplomática, es continuar la retórica verbal de que defendió a la patria e hizo retroceder al imperio en sus intenciones colonizadoras pero, además y muy especialmente, no renunciar nunca a la posibilidad del diálogo que permitirá a los demás países suscribir una resolución salomónica –si es que se realiza declaración final- donde la Cumbre de Panamá condene la injerencia extranjera y se exhorte a Estados Unidos a presentar pruebas de sus acusaciones, pero eso sí, reiterando el llamado al diálogo sincero y respetuoso entre ambas naciones.

@ArmandoMartini