Gobierno de Maduro gasta millones en influenciar opinión pública estadounidense

(Foto Reuters)
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El régimen de Caracas, que por años ha denunciado el financiamiento que las ONGs venezolanas reciben del exterior como injerencia de Washington, ha gastado millones de dólares para tratar de influenciar las políticas internas de Estados Unidos generar simpatías hacia la Revolución Bolivariana.

Antonio María Delgado / El Nuevo Herald

El gasto —que en ocasiones ha sido desembolsado a través de Citgo, filial estadounidense de la estatal Petróleos de Venezuela— se ha convertido en una importante fuente de ingresos para un pequeño grupo de organizaciones de activistas que con regularidad abogan a favor del chavismo y alaban las bondades del Socialismo del Siglo XXI dentro de los Estados Unidos.





“Es impresionante el volumen de dinero que el gobierno de Venezuela ha gastado en operaciones como estas”, dijo el investigador venezolano Joaquín Chaffardet, quien escribe un libro sobre el tema.

“Algunas de esas organizaciones se han convertido en los voceros de propaganda del gobierno venezolano en Estados Unidos”, enfatizó.
Algunos de los beneficiarios del financiamiento venezolano incluyen las organizaciones la Casa de Maryland Inc., el Instituto William C. Velásquez, el Proyecto para la Educación y Registro de Votantes del Suroeste, TransAfrica Forum y Riverside Church.

Representantes de Citgo y de algunas de estas organizaciones contactadas no estuvieron disponibles para conversar con el Nuevo Herald para la elaboración de este artículo.

Pero la propia filial estadounidense de PDVSA admite haber entregado dinero a estas organizaciones a través de su página de Internet, mientras que algunas de las donaciones, como el caso de un aporte de $1.5 millones a la Casa de Maryland, han sido reportados en distintos medios de comunicación.

Las donaciones son descritas como muestras de solidaridad de la nación petrolera ante los pobres y los sectores marginados de los Estados Unidos.

No obstante, algunas de las organizaciones están claramente involucradas en el activismo político. Y aun cuando darles dinero es totalmente legal en Estados Unidos, ese no es el caso en Venezuela, donde el régimen prohibió el financiamiento del extranjero de las ONGs dedicadas a velar por el fortalecimiento de prácticas democráticas o de defensa de los derechos humanos reciban financiamiento del exterior.

“En Venezuela hay una ley que prohíbe que las ONG puedan recibir dinero del exterior”, comentó desde Orlando el analista político Antonio Escalona. “Sin embargo, esas gestiones que el gobierno venezolano hace aquí cuestan muchísimo dinero, gastado no solo en financiar eventos a favor del régimen sino en operaciones de Lobby”.

Una de las ONGs estadounidenses de naturaleza política beneficiadas por fondos venezolanos es el Instituto William C. Velásquez (WCVI), presidida por Antonio González, un activista descrito por Time Magazine como uno de los 25 hispanos más influyentes de los Estados Unidos.

Según Chaffardet, González es uno de los más vocales defensores del régimen, hablando en distintos eventos sobre los logros de la Revolución Bolivariana en Venezuela.

“La lucha en Venezuela es también una de inclusión, porque antes de la revolución la mayoría de la población estaba excluida. Ochenta por ciento carecían de poder en Venezuela. Esta lucha no era diferente de la lucha de los negros. Estos esfuerzos reflejan un movimiento más amplio en toda América Latina”, declaró González en uno de los foros.

En al menos uno de los eventos, González a aparecido al lado de diplomáticos venezolano, como fue el caso del foro realizado en la Universidad e California en el 2007 titulado “La Revolución Bolivariana de Venezuela: Percepciones erradas de los Medios y los Dirigentes de la Política de Estados Unidos”, donde habló junto con el entonces embajador de Caracas en Washington Bernardo Álvarez Herrera, comentó Chaffardet.

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