Las mercerías y bisuterías de la ciudad de Mérida reportan un incremento significativo en sus precios los primeros tres meses de este año. De acuerdo al cálculo de los comerciantes, la cifra supera el 300 % con respecto a diciembre de 2014. Aseguran que al recibir nueva mercancía se dan cuenta de que estaban vendiendo a pérdida.
Los precios no cubren el costo de reposición del producto. El acelerado proceso inflacionario en el país es uno de los graves problemas que afronta actualmente Venezuela. Compradores y vendedores sufren diariamente sus consecuencias.
En el caso de las mercerías y bisuterías los costos se duplican cada mes cuando reciben nueva mercancía. Sin embargo, afirman los comerciantes que el abastecimiento ha bajado considerablemente. La falta de divisas para la importación de materiales mantiene al mercado con evidentes fallas de surtido, y muy poca variedad. Estiman que los inventarios han disminuido en al menos un 40 % los primeros meses de este año.
Elías Molina, comerciante, explicó: “Los costos están muy elevados. Tanto así que al recibir nueva mercancía nos damos cuenta que veníamos trabajando a pérdida. Los precios de venta al público no cubren los de reposición del producto. Cada 15 o 30 días, cuando nos visitan los proveedores, los precios suben hasta un 100 %”. En cuanto al abastecimiento de mercancía, asegura que existe muy poca variedad en el mercado. “Hay muchas cosas que no se consiguen, y otras sí las hay, pero ya no con una amplia gama de colores, formas o tamaños como ocurría antes. Los consumidores antes podían escoger entre varios tonos de verde, por ejemplo, ahora tienen uno, o dos como máximo. Además, estamos siendo condicionados al momento de comprar. Nos dicen: «si quiere llevar tal cosa, tiene que llevar también esta».
Por lo general, tenemos que llevar algo comercial, con algo que muy poco sale. Y si pedimos 10 cajas, nos llega una”. Los productos traídos de Colombia ya no se comercializan. Por lo general, eran los más buscados por tener mejor calidad que el resto; sin embargo, el diferencial cambiario hace que sus precios sean cada menos accesibles al público en general. “Se está trabajando con el dólar Simadi, o el libre. La gente se queja por los altos precios, pero igual llevan los productos porque los necesitan. Las ventas se mantienen, aunque ya las personas no llevan la misma cantidad de antes”.
Jimena Ramírez, comerciante, comentó que son muchas las fallas. Cada día deben informar a su clientela de nuevos productos que no han podido reponer por fallas en el mercado. “Sin duda son muchas las fallas que tenemos, cada vez más. Lo que pasa es que teníamos un buen depósito, pero como ahora no se consigue nos ha sido imposible reponer inventarios”, dijo. En cuanto a la mercancía más difícil de encontrar se cuentan los hilos, particularmente los de color blanco y negro, que son, por lo general, los más comerciales. El pelón pegante, los hilos crochet, los broches, las telas importadas y algunos tipos de encaje. También algunas piezas en particular.
Ventas regulares
A pesar de los inconvenientes, los locales comerciales no registran una baja significativa en sus ventas. De acuerdo a los comerciantes, los consumidores siguen llevando los productos, aunque represente una inversión mayor. Por lo general se trata de costureros, o amas de casa interesadas en reducir gastos con la confección de prendas para su grupo familiar.