Julio César Arreaza: Fábrica de fracasados

Julio César Arreaza: Fábrica de fracasados

La educación es una herramienta cierta de liberación nacional y transformación socio-económico para el progreso. El régimen entre tantos estropicios cometidos le ha infligido un grave daño al sistema educativo. El reto del futuro- cada vez lo sentimos más cerca- es abordar con rigor el tema educativo, como un proceso realista adaptado a las necesidades y requerimientos del país.

Consideramos la educación un proceso selectivo que no busca dejar sacrificados al margen de la carretera, sino ofrecer a las personas la alternativa de un destino. Hoy es una fábrica de fracasados.

Constituye un mito creer que todos puedan recibir la misma educación, porque culturalmente el país tiene distintos niveles de formación y no es lo mismo educar a un niño de una parroquia caraqueña que a un muchacho de un caserío en el llano. Esa supuesta igualdad resulta injusta porque se está condenando al niño del caserío a las mismas exigencias de otro sometido a ambientes y situaciones diferentes. Igualdad entre desiguales no es igualdad.

El reto es rediseñar la educación a las reales necesidades del país apuntando hacia un crecimiento sano y sólido. Estamos produciendo irresponsablemente cantidades de egresados con niveles malos de preparación y sin posibilidades de incorporarse útilmente a la sociedad.

Resulta patética la deserción escolar de jóvenes entre los 15 años y 19 años de edad, estamos hablando de tres millones de estudiantes que abandonaron el salón de clases.

El sistema educativo carece de una metodología de orientación vocacional y de un mecanismo que adapte los cupos por especialidades a las ocasiones reales de empleo útil. Es evidente que una decisión fundamental para el destino de una persona y el beneficio colectivo, queda en las manos de un estudiante mal informado sobre sus aptitudes y posibilidades en una determinada carrera, que toma una decisión a la ligera cuando ingresa a la universidad. Esto ocasiona serias distorsiones, dando lugar a excesos en el número de específicas carreras, produciendo más profesionales de los que se pueden emplear.

Aspiramos establecer un sistema educativo que ejerza una efectiva orientación de los estudiantes para que sepan seleccionar y prepararse en una carrera con probabilidad de empleo y no al azar, y dejar de producir semejando una fábrica de chorizos, grandes cantidades de egresados, con niveles malos de preparación y sin chance real de incorporarse útilmente a la sociedad. Esto debe terminar.

¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

@JulioCArreaza

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