Así opinaba el profesor Alexis Márquez: El lenguaje de Maduro da risa

(Foto TalCual)
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Alexis Márquez Rodríguez falleció esta mañana en Caracas. La información fue confirmada a través de las redes sociales por la Academia Venezolana de la Lengua, así como por el periodista y docente Eduardo Orozco.

Márquez Rodríguez fue un asiduo defensor del buen hablar y el buen escribir, y durante años mantuvo vigente su columna “Con la lengua” (entre 1985 y 2000 en el diario El Nacional; y luego en el diario Tal Cual). Esos textos han sido recopilados en varios volúmenes.

A continuación la entrevista realizada por el periodista Daniel Fermín al profesor Márquez, publicada por el diario El Universal el lunes 7 de octubre de 2013 





  Alexis Márquez Rodríguez (Sabaneta, 1931) ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza del buen uso del lenguaje. El otrora director de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela lamenta hoy el maltrato que sufre el idioma en cada alocución gubernamental. Atrás quedaron los oradores políticos que utilizaban un discurso propio del siglo XIX. El miembro de la Academia Venezolana de la Lengua asegura que el Presidente Nicolás Maduro es la figura más representativa de esa ignorancia que existe en el habla del país.

-Maduro le propuso a la Real Academia Española, medio en broma, medio en serio, la aceptación de la palabra “millonas”, porque era bonita. ¿Desde el Gobierno mismo también se maltrata el lenguaje?

-La principal fuente de disparate en lenguaje en Venezuela es el presidente Maduro. Y, en general, todo el Gobierno. El lenguaje que emplea el señor Maduro es motivo de risa y de burlas en todas partes. Son disparates que tienen su fuente en la ignorancia del lenguaje. No conocer el idioma trae como consecuencia su mal empleo. Pero hay otra fuente, que es el uso de expresiones que no tienen ningún sentido en el contexto. Eso de que el Presidente, en una reunión oficial con un conjunto de diplomáticos, diga que ellos van a ser recibidos cariñosamente es un absurdo. Es una palabra que no tiene cabida en el lenguaje diplomático. La impresión que tengo es que ni Chávez ni Maduro tenían o tienen noción de la dignidad del cargo que representan. El Presidente de la República no puede hacer ciertas cosas mientras esté en el mando. Eso mismo pasa con el lenguaje. Tiene que corresponder a lo que se llama la cortesía diplomática. Maduro emplea el lenguaje que le da la gana sin ningún sentido.

-Hay otro tema: el uso del género. ¿La necesidad de darle visibilidad a la mujer no transgrede ciertas normas gramaticales? ¿El Estado aboga por la inclusión en detrimento del idioma?

-Ese es otro disparate que ha sido criticado en el mundo, que ha tenido condenatorias precisas de la Real Academia misma. En el idioma castellano existen los llamados términos genéricos que son las palabras que se pueden usar para los dos sexos. Hay genéricos masculinos y femeninos. Por ejemplo: la gente es femenino y significa hombres y mujeres. Y así muchos. Los genéricos están para ahorrar tiempo y lenguaje. Esos términos son desconocidos por el Gobierno actual de Venezuela, que ha puesto de moda la duplicación de las palabras. El diputado y la diputada, el ministro y la ministra. Eso es una estupidez y una necedad. Quiero que lo escribas así. En el caso de Maduro hay cierto prurito de aparecer como respaldando a la mujer, pero es más ignorancia de la lengua.

-Algunos dirán que no es deterioro ni maltrato sino adaptación a los nuevos tiempos. ¿No es una actitud muy clásica rechazar también ciertos neologismos?

-Yo no lo creo tanto así. Lo decisivo es la ignorancia. El mal empleo de los géneros.

-Nicolás Maduro anunció la reestructuración de su gabinete de Gobierno: ahora todo es más militar. ¿Eso influye en el habla del venezolano? ¿Cómo nos afecta la militarización del lenguaje?

-La política y la militarización influye en la cultura. Y particularmente en el lenguaje. El lenguaje que impuso Chávez influye en la actitud cultural de los venezolanos. Hoy día se nota mucho el desenfado al hablar, el no cuidar la expresión, el utilizar mal ciertos términos, algunas palabras como escuálido. Ha habido un deterioro del lenguaje en general producido o influido un poco por ese lenguaje oficial.

-Francisco Javier Pérez, director de la Academia Venezolana de la Lengua, dijo que hoy no existen oradores en la vida pública. ¿El venezolano no tiene ejemplos para seguir entre las personalidades políticas?

-No es que no existen. Lo que pasa es que la oratoria política hoy es diferente a la de antes. Esto ocurre con cierta periodicidad. Yo recuerdo que cuando triunfó la revolución cubana se puso de moda la oratoria de Fidel Castro, que se mantuvo durante mucho tiempo. Aquí en Venezuela hubo una época en la que los grandes oradores aplicaban un discurso lleno de expresiones sonantes. Hoy día hay oradores de otro tipo, más parlamentarios, más de conferencias que otra cosa.

-El uso de eufemismos impuestos desde el Gobierno también es una constante: no hay presos sino privados de libertad; no hay negros sino afrodescendientes, no hay devaluación sino aumento de la tasa de cambio. ¿El fenómeno no atenta contra el uso apropiado del idioma?

-El problema es que las cosas van cambiando. Esa tendencia no es de este Gobierno. El eufemismo es tradicional. Lo que sí es que el chavismo ha desarrollado esa capacidad de cambiar el nombre de las cosas. En el caso del Gobierno hay una tendencia a usar los eufemismos como una manera de tapar la realidad, de mostrarla distinta a lo que en verdad es.

-Hay ciertos medios que apoyan el uso que le dan los representantes del Gobierno al lenguaje. ¿La prensa también es responsable del deterioro del idioma?

-Los medios no son responsables. Los medios reflejan la realidad circundante. Los periódicos emplean términos que se oyen en boca de diputados. Los medios no inventan, simplemente reflejan la realidad. Desde luego que hay un aporte. El periodista de gran calidad tiende a innovar en el lenguaje dentro de ciertos límites, pero generalmente se emplea la imitación del lenguaje circundante, que está en la sociedad. Hay una tendencia a echarle la culpa a los medios, pero en realidad no es así. Cuando la realidad cambie, cambiará el lenguaje de los medios.

Pero cada vez hay más medios que apuestan por lo popular. ¿Reproducción del habla cotidiana o, al contrario, otra forma de maltrato?

-Hay periódicos que tienden mucho a eso intencionalmente. Tú ves titulares gramaticalmente disparatados porque de esa forma habla el pueblo. Hay una tendencia a comunicarse con el pueblo, y para hacerlo hay que utilizar un lenguaje que permita entenderlo, pero muchas veces no llega a la imitación del lenguaje popular.

-La televisión también influye mucho en eso.

-Sí, claro. El periodismo televisivo es una fuente.

-Y la no periodística. Ahí está el Miss Venezuela, que viene pronto. ¿Esos errores que suelen cometer las misses también es un reflejo de lo que pasa afuera? 

-Ya eso se trata de ignorancia, de la formación de las muchachas que van a los concursos. Ha tratado de corregirse, se contratan profesores, pero muchas veces las mujeres que van a esos certámenes no tienen una formación intelectual.

-¿Y que le queda por hacer al ciudadano común frente a ese léxico que contraviene las reglas o normas del correcto uso del castellano?

-No puede hacer nada el ciudadano común porque el problema es general. El castellano que se habla en Venezuela es deficiente, pero no tanto. Lo que ocurre es que la escuela no cumple bien su función educativa en materia de lenguaje. Enseñarle gramática a los niños es un error. La gramática es una ciencia muy compleja para la mente de un niño (…) La enseñanza debe ser práctica. Los programas oficiales están plagados de gramaticalismos.

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