Manuel Corao: “Chinita”, ¿qué mal hemos hecho?

Manuel Corao: “Chinita”, ¿qué mal hemos hecho?

thumbnailmanuelcoraoIndicar a ustedes  estadísticas sobre el hambre,  inseguridad, sanidad y corrupción en Venezuela es redundar en cifras conocidas que año tras año en iguales nomenclaturas  se repiten con   nefastas  consecuencias para el ciudadano común.
Veamos pues con reseñas  vigentes de  males enunciados la realidad de las políticas ejecutadas, planes  inexistentes; o abandonadas implementaciones del pasado por Nicolás Maduro.
Cuando los lectores observan    paginas de los exiguos   medios independientes  impresos, se informan que organismos internacionales desde hace un quinquenio ubican a la nación suramericana en los primeros lugares de hechos reprochables, o bien en los últimos escalafones de transparencia, idoneidad y  pulcritud en el manejo del bien publico.
Al referirnos a los alimentos encontramos que los burócratas no adquieren los insumos esenciales para la población  en general, pues su intención es convertirlos  en pedigüeños, mientras ellos se lucran  del dinero que  ingresa al país por renta petrolera y suficiente   para un festín popular diario.
Ello incluido el rublo correspondiente a los víveres para la madre en estado de gestación.  La  ausencia alimentaria recetada por galenos, previa al parto, incurre alarmantemente  en el índice de fallecimiento  de recién  nacidos hasta los dos años edad.
Cuando advertimos  temas como  la carencia de medicinas de libre expendio para aliviar males que no requieren al paciente permanecer en centro hospitalario, notamos ser esta una razón principal de causas endémicas  y decesos que no han debido producirse por tal causa.
El Chicungunia  con una oportuna atención profesional, ingerir las dosis recetadas  y reposo, no  seria como es hoy una desgracia sanitaria.
Sin duda los achaques  del presente pasan por una deficiente nutrición y ausencia de medicinas, política social de exclusiva responsabilidad del poder ejecutivo.
La realidad  nos indica que  estructuralmente  es Venezuela una geografía  en decadencia, ya que el andamiaje que ofrecen a los gobernados son obra  de administraciones del siglo pasado.
Poco o nada pueden mostrar con eficiencia actual o futura los activos mandos. La efectividad espasmódica de servicios básicos, tales como agua , descarga y luz es indicativo de la venida a menos de la gerencia pública.
Hugo Chávez  Frías y Nicolás Maduro Moros  desde  1,999 a la fecha han desviado inconmensurables recursos hacia otros destinos distintos de las arcas del Banco Central de Venezuela. Las denuncias avalan lo expresado.
  Soportar con pingües contrataciones  mamparas acciones desestabilizadoras   que den al traste con  gobiernos democráticamente electos para instaurar conductores  de rigor personalista, está de primero en los planes comunistas.
Millones de dólares que han debido ser invertidos en ración para la subsistencia  y tratas han ido a parar también a los bolsillos de educadores universitarios de la madre patria  a través de  fundaciones de fachada institucional para financiar la consecución de votos en consultas internas al pueblo ibérico.
El verdadero fin
de la  organización proselitista  PODEMOS es  convertir en pobres a todos los españoles con la formación que les dotase Cuba y los recursos que les ¨contrata¨ el fallecido barines .
Al igual que  PODEMOS concurren otras entelequias  subsidiadas por los chavistas en los últimos  quince años .
No se si por coincidencia,  condición especial o ¨mal de ojo¨, para el momento de salir esta columna la ciudad de Maracay en Venezuela es el punto de convergencia dramática  del Chicunguya y de la toma citadina por el hampa, en temibles contextos.
El aumento de los afectados por el mal epidémico llega a niveles de gran preocupación, cuyos montos el gobierno calla. En cuanto al delincuente común, la capacidad de fuego en manos de los anti sociales es de tal importancia que ponen en jaque a las autoridades policiales de la zona.
Así esta ¨La pequeña Venecia¨ hoy, nombre de pila que Américo Vespucio junto al conquistador Alonso de Ojeda  en 1,499 al llegar al Lago Maracaibo la  bautizase , según la tradicional versión, al toparse los palafitos indígenas.
Un sentimiento de impotencia aflora  ante el mandante grupo del ultraje. Razón tiene la madre zuliana al expresar hincada de hinojos  y mirada al cielo luego de horas bajo un sol inclemente en busca de alimentos, a la virgen de Chiquinquirá:   “Chinita, ¿qué mal te hemos hecho para merecernos esto?”