Axel Capriles: La psicología del rumor

Axel Capriles: La psicología del rumor

thumbnailaxelcaprilesEl gobierno se ha convertido en víctima de su propia hegemonía mediática, de sus propias manipulaciones y censura. No había acabado de salir The Wall Street Journal cuando la noticia sobre la investigación que llevan a cabo fiscales de Estados Unidos sobre Diosdado Cabello y otros funcionarios venezolanos por presunto tráfico de cocaína y lavado de dinero ya había dado la vuelta al mundo con mil versiones distintas. Las medidas cautelares contra los 22 directivos de El Nacional, Tal Cual y La Patilla podrán intentar acallar y bloquear arbitrariamente la información en medios de comunicación importantes, pero no el boca a boca y la circulación de noticias, opiniones y rumores en las redes sociales. Para el gobierno, todos los delitos del poder y los problemas del país no son más que rumores y malas intenciones. La escasez, la inflación, la corrupción, son producto de la maledicencia, la calumnia y la difamación. Sin duda existe toda una mitología sobre las grandes fortunas y la corrupción chavista, y el testimonio de unas pocas personas no puede convertirse automáticamente en prueba suficiente de condena. Pero, por otro lado, el rumor, como el método de asociación libre en psicoanálisis, es una de las más efectivas guías hacia la cara oculta detrás de la máscara.

El gobierno es el principal causante del dominio de la psicología del rumor en Venezuela porque el rumor es proporcional a la falta de información, la incertidumbre y la ambigüedad. Los rumores crecen aceleradamente en períodos de ansiedad, de confusión y tensión social. Funcionan como racionalización de la angustia. Lo que traduce el rumor no es la evidencia ni la realidad de los hechos sino las necesidades psicológicas de la población. El rumor progresa si da una respuesta emocionalmente satisfactoria, si refleja las expectativas y preferencias de la gente, si explica lo inexplicable. El rumor es una narración sintética, a medida que se extiende requiere menos demostraciones. Se distorsiona con prejuicios, parcialidades e intereses y exagera selectivamente lo que el inconsciente de la población busca. Un rumor puede nacer de una información falsa y maliciosa  pero su proceso de propagación y difusión es ajeno a la voluntad individual. Es dependiente de los anhelos, necesidades y psicología colectiva de la gente. Si como afirman nuestros gobernantes, las noticias adversas a ellos son acusaciones falsas, ¿qué significa que una parte importante de la población sienta y vea a sus mandatarios como delincuentes?

 





@axelcapriles