El gobierno frente a la grave crisis que hoy enfrentamos los venezolanos en todas las áreas, pero con más agudeza en el tema de la inseguridad, del sistema de salud, de la escasez, del desabastecimiento y de la corrupción, que hacen mella en la población, actúa con demencia política, no sabemos sí inducida o asesorada, o simplemente por ineptos.
Uno escucha hablar a Nicolás Maduro en su programa o en las cadenas televisivas casi a diario, y pareciera ser que el país que estamos viviendo, ellos no lo perciben así o simulan no percibirlo, porque con solo con ir a cualquier destino del país, o buscar cualquier producto alimenticio, medicinas, repuestos o lo que sea, la depresión es absoluta porque no se consiguen en la economía formal.
Mientras el gobierno actúa de manera irresponsable y con una especie de afectación sicológica y poniendo a diario su condición de mitómanos, aquí uno siente una descomposición social, moral, económica y política a diario, a la cual el gobierno le ha dado poca importancia y trascendencia, y esto sin querer llamar a calamidades ni desenlaces negativos, podría desencadenar en una situación dantesca, que deje claros y sin vista a propios y extraños.
El gobierno se hace el desentendido a conveniencia, porque se les fue de las manos la situación, ya no tienen capacidad de respuesta porque todo lo que dicen es mentira, porque no han sido capaces ni siquiera de resolver los problemas esenciales del país, así que mucho menos, resolverán los problemas estructurales.
El gobierno dice que la oposición conspira y es la causante de la supuesta guerra económica, tienen una semana declarando en función de las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad Democrática y de una serie de acontecimientos que no marcan la prioridad en estos momentos, porque aquí la gente quiere respuestas del gobierno para enfrentar la escasez, el desabastecimiento, la inseguridad y la corrupción, entre otros. Por lo tanto, el gobierno con tanto gamelote, chácharas, amenazas y tanto desatino en el manejo de las políticas públicas, es el único que conspira contra el pueblo venezolano, porque en su fantasía de país, obvian los graves problemas que hoy enfrentamos y lo peor es que no hay ninguna disposición de aceptar y enmendar los errores.
El gobierno con esta actitud demagógica y enfermiza, pareciera que quiere que todo este descontento, termine en una tragedia social y no en una salida democrática, ellos por más que se aufanen y digan que van a ganar las elecciones parlamentarias, saben que eso es mentira, porque las cuentas no les dan, muestra de ello es que aún no han anunciado la fecha para la celebración de este proceso, dándole largas y tratando de enmendar el capote, pero estas artimañas no les servirán. Así que por más chantaje, intimidación y uso de la violencia, obtendrán una profunda derrota, porque a propósito han conspirado contra el pueblo y sus necesidades, y de esa factura, no los salva nadie.
La corrupción significa una de las conspiraciones más grandes y uno de los grandes descalabros de este gobierno, la gente ha perdido credibilidad en una “revolución” que se ha querido vender como la salvadora del pueblo, cuando ha sido la gran estafa. Aquí, los órganos del Estado capacitados para ejercer justicia, se hacen cómplices por acción u omisión. En Venezuela existe un absoluto manto de impunidad frente al hampa común y el hampa política que hoy gobiernan al país.
Porque en un país donde se respeten el Estado de Derecho y donde exista autonomía de los poderes que ejercen justicia, ya se debieron tomar medidas ejemplarizantes para las muchas denuncias de corrupción que se han hecho, y no sólo provenientes de la oposición, sino que desde la propia entraña del gobierno, han hecho señalamientos graves y no se han investigado. Jorge Giordani, denunció que producto de negociaciones fraudulentas entre el Cadivi y el Seniat, se robaron más de 25 Mil Millones de Dólares, Ana Elisa Osorio, Héctor Navarro, entre otros han hecho pública la atrocidad y el pillaje con que se gobierna, y qué han hecho, descalificarlos y mandarlos al patíbulo del descrédito y la indiferencia. Y a quienes desde el lado de la unidad democrática, denunciamos y exigimos que se investigue, nos pretenden callar con antejuicios de mérito, con persecución, amedrentamiento, cárcel y cualquier violación a los derechos humanos.
En mi caso particular, y haciendo uso de mis atribuciones como diputado a la Asamblea Nacional, he consignado ante el Despacho de la Fiscal General de la República, varias denuncias y suficientes soportes para que se inicien las investigaciones en cada uno de los mismos, pero jamás hemos recibido respuesta y jamás hemos sido citados ni siquiera en calidad de testigo.
No obstante, siempre he creído que los pueblos tienen un límite de aguante, y creo que el gobierno ha abusado y se han sobrepasado, con la capacidad de la gente. Estamos tocando fondo, y aquí todos somos perjudicados por esta grave crisis que vivimos, donde la gran mayoría de los trabajadores de este país ganan un sueldo mínimo que no alcanza para nada porque la inflación que ronda el 68% se come todo a su paso, la canasta básica del mes de abril, alcanzó Bolívares 37 Mil 960 y a esto aunado los altos índices de escasez y desabastecimiento, nos ponen los pelos de punta, porque ya la mayoría no encuentra qué hacer para satisfacer las necesidades de sus familias.
Es por ello que recalco que la unidad suprema, será fundamental en los días por venir, el gobierno en su desesperación hará lo imposible para tratar de dividirnos, pero sí realmente queremos lograr una mayoría en la nueva Asamblea Nacional y poner freno a esta ola de corrupción y de desatinos, sólo con la fuerza de la verdadera unidad, lograremos vencer y barrerlos, y demostrar que Venezuela sí tiene futuro y oportunidad de cambio.