Amor y control por @Jorgebarrosod

Amor y control por @Jorgebarrosod

JorgeBarrosoThumbnailLa vieja receta del socialismo y el fantasma de la hiperinflación se siguen sentando a la mesa de cada hogar venezolano. Es inevitable, y lo normal en un régimen totalitario, donde la economía está centralizada, el aparato productivo secuestrado y el hambre politizada. ¡Sí politizada!

La realidad es que en la Venezuela de Nicolás Maduro solo se están alimentando los que comulgan con el llamado proceso “Revolucionario”; y los que no, nos estamos “comiendo un cable”.

Me lo decía la señora Ana Teresa durante un recorrido por la parte alta de Maca, Petare. “Ay mijo, en mi casa ya ni sardina comemos. La carne es un lujo para esta vieja, y el atún en lata está incomprable. Los lunes bajo al mercado porque es el día que me toca hacer la cola, y casi siempre regreso solo con verduras, y una que otra vez compro pollo. Ya ni harina pan consigo, a menos que me vaya de paseo por los abastos del gobierno”.





Como la señora Ana Teresa, millones de venezolanos sufren día a día las consecuencias de un largo desamor gubernamental. Una auténtica política de Estado que busca doblegar al pueblo, y que lamentablemente lo está matando de anhelo y penurias. Al mejor estilo de la Unión Soviética del siglo XX, donde se usaba el hambre como estrategia para tener cada vez más control sobre la población.

Y ese, sin duda alguna es el plan de este gobierno. “Amor y control”. Por Amor prometieron progreso, crecimiento económico, rehabilitación del sector salud, y cuantas cosas más. Y por control se han dedicado a destruir todo lo que significa avance para nuestro país.

Es la realidad que vivimos en la Venezuela del siglo XXI. La vil repetición de una película que fracasó en Europa, y sin irnos muy lejos en Cuba, pero que lamentablemente insisten en emular, sin importar las consecuencias. Un sistema que pese a estarnos ahogando en pobreza, de ninguna manera intimida nuestra lucha.

Y es que como bien dice la famosa canción de Rubén Blades, “Siempre frente a la pena, no olvides la esperanza y el sentimiento”. Pues “dando la espalda no se van los problemas, ni la impaciencia resuelve los sufrimientos”.

Por eso en la MUD nos mantenemos unidos, transitando la ruta de las elecciones parlamentarias, batallando por una Asamblea Nacional que legisle por y para hacer valer los derechos del pueblo. Por y para lograr el PROGRESO de nuestra patria.

¡Por Venezuela vale la pena seguir luchando!