Freddy Paz: La realidad que vivimos

thumbnailfreddypazLa presión de la inseguridad alimentaria y de los altos costos se está dejando sentir en Venezuela. Los precios de los alimentos se han disparado, la amenaza del hambre y la malnutrición es cada vez mayor en miles de hogares venezolanos, que nos enfrentamos a una situación crítica que vive hoy nuestro País.

Los efectos pueden verse en todos los estados de Venezuela. En diversos municipios, no se pueden ocultar las inmensas colas, para comprar alimentos, con enfrentamientos entre venezolanos por un kilo de leche, y más recientemente con algunos fallecidos, producto entre otras cosas, por la escasez de alimentos.

En nuestro país destruimos la producción nacional y ahora es necesario importar alimentos para dar de comer a la población, y las comunidades están empezando a protestar por el elevado costo de la vida, ya que los controles impuestos desde el gobierno, distorsionan los mercados y elevan el valor de los productos.





En marzo, por citar sólo un ejemplo, los precios de los alimentos aumentaron 5,3% y 109,5% en un año. 17 productos escasearon en el mes según el informe del Cendas- FVM.

Diez rubros de la canasta alimentaria aumentaron de precio y diecisiete productos presentaron problemas de escasez: la leche en polvo, sardinas enlatadas, entre otros.

Adicionalmente, escasean otros productos básicos como: jabón de baño, detergente, lavaplatos, cera para pisos, compotas, Nenerina, papel tualé, pañales, toallas sanitarias, cloro, suavizante, desodorante, afeitadora desechable, champú, gel fijador sin alcohol, entre otros y medicamentos como Atamel, Losartán Potásico, Aspirinas, anticonceptivos, soluciones, inyectadoras, …y la mayoría de los productos subió de precio.

Este es el nuevo rostro de la realidad que vivimos los venezolanos, que afecta cada vez más a la población y la inflación erosiona nuestros exiguos ingresos. Estamos viendo cómo familias que anteriormente podían permitirse una dieta nutritiva y diversa y hacían tres comidas diarias, ahora consumen un solo producto de primera necesidad y se limitan a una o dos comidas diarias.

El gobierno debe comenzar por reconocer la urgencia de la crisis y actuar, sabemos que los precios de los alimentos no van a bajar, pero se necesita voluntad política y recursos, asignados con eficacia y eficiencia para atender ésta realidad.