A Ángel Gabriel Medina Díaz, de 27 años, alías el “Niño Panza”, lo asesinaron ayer a pocos metros de su residencia. Dos sujetos a bordo de una moto lo interceptaron y sin mediar palabra le dispararon cinco veces en plena vía pública. Lo dejaron sin vida en la carretera. La Verdad
Los sicarios presuntamente rondaron la zona desde tempranas horas esperando que su víctima saliera a la calle. A las 4.30 de la tarde lograron su cometido. “Niño Panza” había caminado escasos 15 metros cuando las balas lo sorprendieron. Recibió heridas en el pecho, el abdomen y los brazos. Su cuerpo quedó tendido en el pavimento, a la orilla de una concurrida venta de licor en la avenida 33, del barrio 26 de Julio, parroquia San Benito del municipio Cabimas.
Los testigos prefirieron no emitir detalles sobre el hecho. Según las primeras declaraciones, a Medina lo consideraban un azote de barrio. Según la versión policial era el pegador de una banda dedicada al robo de vehículo en la zona. Se conoció que en el 2009 estuvo tras las rejas en el retén de Cabimas por el delito de encubrimiento y robo de vehículo. Tenía poco tiempo en libertad.
Un hermano de la víctima, quien prefirió no identificarse, confirmó que Ángel tuvo problemas con la justicia, pero “ya había saldado su cuenta”. Consternado por el hecho aseguró desconocer las razones del asesinato. “Nos avisaron que estaba muerto. Cuando llegamos lo vimos tirado en la carretera. No sabemos nada”, expresó en las afueras de la morgue del hospital de Cabimas.
El azote tenía tres meses viviendo alquilado en una residencia con su pareja sentimental y su hija menor, en la calle donde lo asesinaron. Antes residía con su familia en el barrio Roberto Lickert. Era obrero y estaba desempleado.